Desde aquel día que te vi, desde aquel día que me miraste, que me hiciste dueña de tus pupilas, que vi mi nombre señalado en tu corazón y vi que también en el mío estabas tú.
Desde aquel 3 de mayo confieso que siento algo, que siempre teníamos ese buen rollo, que aprovechábamos cada instante para estar juntos, para abrazarnos o para besarnos. Desde aquel día que me pediste salir desde aquel rascacielos de Madrid, aquel día único. Bajo la luna y las estrellas, aquel día tú fuiste mío y yo tuya. Los astros fueron testigos de nuestro amor. Qué bonita forma de empezar algo, ¿no crees? Qué feliz me sentí al ver que tú sentías tanto como yo, que me amabas, que podría compartir la vida junto a ti hasta el final de todo. Qué feliz me has hecho durante este tiempo y para lo que queda. Me encanta que hayas llenado mi mundo de locuras, me encanta poder disfrutar de tu mirada, de tu rostro, cada vez que abro los ojos por la mañana. ¿Qué mejor manera de recibir el día que con mi príncipe azul a mi lado? Porque sé que nunca te separarás de mí, porque yo nunca lo haré. Porque hemos tenidos nuestros más y nuestros menos, pero al final el destino ha vuelto a unir nuestros caminos, porque así está escrito. Un Dani Martínez para una Anna Simon, somos como piezas de ajedrez en esta vida. Después de probar con algunos, de sufrir, de amar hasta dónde jamás habías imaginado, comienzas a encontrar a tu alma gemela, y a experimentar un amor, un amor verdadero, que resulta que es mil veces mayor que lo que has sentido en toda tu vida. Experimentas algo único. A veces te caes, pero empiezas a ver que si te levantas es por él. Que tu vida se empieza a basar en sus sonrisas, en sus miradas, en sus te quiero. Y cuando ya habéis conectado el uno con el otro, después de separaros miles de veces, de creer que lo vuestro no dudaría, parece que baja una estrella y os une de nuevo. Para que estéis juntos hasta la eternidad, para que compartáis esta experiencia juntos, otra vida más.
Y ahora, después de tantos años juntos ya. De nuestra boda, de nuestra hija que nos espera. Ahora es 1 de Julio de 2016 y, mientras vemos las estrellas y las nubes pasar, en el mismo sitio donde hace cinco años me pidió compartir mi vida junto a él, allí, en aquel rascaielos de Madrid, nos ponemos a recordar como eran nuestras vidas entonces.
Recordamos el final de Tonterías Las Justas, los mensajes de los seguidores, que incluso ahora, después de cinco años, nos siguen escribiendo cada día, a cada hora, y ahora recuerdan melancólicos lo que hace cinco años pasó.
Son grandes, los dos lo pensamos.
Es increíble como un programa ha podido crear tanto, ha podido hacer sentir tantas cosas, tanto a ellos como a nosotros. Porque lo nuestro comenzó allí, entre paredes azules con tuberías de colores, un croma y varios corchopanes. Sí, fue ahí cuando se empezó a escribir nuestra historia.
Cuando todo comenzó, es increíble que después de tanto aún permanezca en el corazón de la gente. Verdaderamente Flo ha cambiado el mundo, lo ha llenado de risas, ha conseguido su sueño.
Le oigo dedicarme varios te quiero y su brazo cae por mi espalda. Sonrío y me acojo a él. Qué bonito fue apoyarme en sus sonrisas. Días, semanas, meses e incluso años compartiendo el mismo amor, besando los mismos labios, y aún así no nos hemos cansado, ni lo haremos, porque así lo han querido allá arriba.
Miro el cielo, envobada en cada una de las estrellas, ellas también parecen sonreír tanto como yo.
Veo a Dani señalándome, entre el firmamento, una estrella fugaz que corre y juguetea por la vía láctea.
- Pidamos un deseo.- Le digo.
- Estar siempre juntos.
- Pero no se puede decir en voz alta.
- Este deseo sí, el cielo también lo quiere así.
Nos sonreímos y, mientras la estrella atraviesa el cielo, unimos nuestros labios en forma de juramento, para sellar todos los momentos vividos y por vivir.
Me coge la barbilla y me mira a los ojos, puede transmitirme su emoción, sus alegrías, su felicidad a través de ese brillo de ojos verdes.
- Pasaré toda mi vida junto a ti, Anna.- Yo le regalo otro beso más.
- Te quiero Daniel, pasen cinco diez o mil años te seguiré queriendo como el primer día.
- ¿Cómo aquel 1 de julio?
- Como aquel 1 de julio.
Nos volvemos a besar y tras varios minutos de amor infinito, se levanta y me sirve una copa.
La cojo y bebo un poco, la dejo cerca de mí.
- ¿Sabes? No sé qué nos deparará el futuro, pero me da igual, si sigues junto a mí.
- Pues yo si lo sé.- Me dice, y se vuelve a sentar a mi lado.- Algunos dicen que el futuro nos puede deparar miles de cosas, pero cada una de ellas las escogemos nosotros mismos, solo nosotros.- Deja escapar un silencio de varios segundos pero enseguida prosigue.- Yo pienso que el único futuro seguro nos lo da Dios, y es el amor.- Entorna sus ojos a los míos.- Y yo no soy quién para contradecirle, ¿no?- Niego con la cabeza y sonrío.- Pues, ¿qué me dices? ¿Lo hacemos posible?- Me tiende la mano.
- Junto a ti, lo que sea amor.
Le doy la mano y nos levantamos. Me guía hasta la piscina que preside el ático del edificio y nos metemos en ella.
El agua está algo fría, pero sus abrazos me consuelan y me llenan de calor.
Los dos reímos por vivir otra locura más juntos. Otra locura más que apuntar en nuestra vida. ¿Cuántas llevaremos ya? ¿Cien? ¿Mil? ¿Millones quizás? Sí, en estos años hemos pasado tanto... Tanto amor compartido, juntos como siempre. No conseguimos que ningún trabajo nos separase, y cómo él dijo alguna vez: <<Este equipo de tontacos se volverá a juntar cuando el amor y el trabajo pueda compajinarse sin problema alguno.>> Y así fue. Parecía imposible, pero este equipo de tontacos se volvió a unir, y esta vez para mucho más tiempo.
Mientras disfruto de su cuerpo bajo el agua, siento como me besa, como empieza a hacerme suya, pero ya con más cuidado, sin demasiadas locuras juntas, ya que nos espera una niña en mi interior.
Termina de besarme y se vuelve hacia mi barriga algo crecida ya debido al embarazo. Posa sus manos en mi estómago y lo besa bajo el agua.
- Hola pequeña.- Le oigo decir.- Soy tu papá, un papá muy, muy loco que vas a tener en unos meses. Pero que te va a cuidar siempre y no va a alejarse de ti jamás, porque me he enamorado de tu mamá y de ti, pequeña mía. Vamos a ser una gran familia.- Le veo emocionado y le beso en los labios para demostrarle todo mi cariño y el de ella.
- Aún no hemos decidido cómo se va a llamar.- Le digo pensativa.
Dani se acerca de nuevo a mi estómago y posa su oreja en ella.
- ¿Cómo te quieres llamar, mi vida?- Sonríe, se levanta y me da un beso.- Dice que quiere llamarse Anna, como su madre.
Desde aquel 3 de mayo confieso que siento algo, que siempre teníamos ese buen rollo, que aprovechábamos cada instante para estar juntos, para abrazarnos o para besarnos. Desde aquel día que me pediste salir desde aquel rascacielos de Madrid, aquel día único. Bajo la luna y las estrellas, aquel día tú fuiste mío y yo tuya. Los astros fueron testigos de nuestro amor. Qué bonita forma de empezar algo, ¿no crees? Qué feliz me sentí al ver que tú sentías tanto como yo, que me amabas, que podría compartir la vida junto a ti hasta el final de todo. Qué feliz me has hecho durante este tiempo y para lo que queda. Me encanta que hayas llenado mi mundo de locuras, me encanta poder disfrutar de tu mirada, de tu rostro, cada vez que abro los ojos por la mañana. ¿Qué mejor manera de recibir el día que con mi príncipe azul a mi lado? Porque sé que nunca te separarás de mí, porque yo nunca lo haré. Porque hemos tenidos nuestros más y nuestros menos, pero al final el destino ha vuelto a unir nuestros caminos, porque así está escrito. Un Dani Martínez para una Anna Simon, somos como piezas de ajedrez en esta vida. Después de probar con algunos, de sufrir, de amar hasta dónde jamás habías imaginado, comienzas a encontrar a tu alma gemela, y a experimentar un amor, un amor verdadero, que resulta que es mil veces mayor que lo que has sentido en toda tu vida. Experimentas algo único. A veces te caes, pero empiezas a ver que si te levantas es por él. Que tu vida se empieza a basar en sus sonrisas, en sus miradas, en sus te quiero. Y cuando ya habéis conectado el uno con el otro, después de separaros miles de veces, de creer que lo vuestro no dudaría, parece que baja una estrella y os une de nuevo. Para que estéis juntos hasta la eternidad, para que compartáis esta experiencia juntos, otra vida más.
Y ahora, después de tantos años juntos ya. De nuestra boda, de nuestra hija que nos espera. Ahora es 1 de Julio de 2016 y, mientras vemos las estrellas y las nubes pasar, en el mismo sitio donde hace cinco años me pidió compartir mi vida junto a él, allí, en aquel rascaielos de Madrid, nos ponemos a recordar como eran nuestras vidas entonces.
Recordamos el final de Tonterías Las Justas, los mensajes de los seguidores, que incluso ahora, después de cinco años, nos siguen escribiendo cada día, a cada hora, y ahora recuerdan melancólicos lo que hace cinco años pasó.
Son grandes, los dos lo pensamos.
Es increíble como un programa ha podido crear tanto, ha podido hacer sentir tantas cosas, tanto a ellos como a nosotros. Porque lo nuestro comenzó allí, entre paredes azules con tuberías de colores, un croma y varios corchopanes. Sí, fue ahí cuando se empezó a escribir nuestra historia.
Cuando todo comenzó, es increíble que después de tanto aún permanezca en el corazón de la gente. Verdaderamente Flo ha cambiado el mundo, lo ha llenado de risas, ha conseguido su sueño.
Le oigo dedicarme varios te quiero y su brazo cae por mi espalda. Sonrío y me acojo a él. Qué bonito fue apoyarme en sus sonrisas. Días, semanas, meses e incluso años compartiendo el mismo amor, besando los mismos labios, y aún así no nos hemos cansado, ni lo haremos, porque así lo han querido allá arriba.
Miro el cielo, envobada en cada una de las estrellas, ellas también parecen sonreír tanto como yo.
Veo a Dani señalándome, entre el firmamento, una estrella fugaz que corre y juguetea por la vía láctea.
- Pidamos un deseo.- Le digo.
- Estar siempre juntos.
- Pero no se puede decir en voz alta.
- Este deseo sí, el cielo también lo quiere así.
Nos sonreímos y, mientras la estrella atraviesa el cielo, unimos nuestros labios en forma de juramento, para sellar todos los momentos vividos y por vivir.
Me coge la barbilla y me mira a los ojos, puede transmitirme su emoción, sus alegrías, su felicidad a través de ese brillo de ojos verdes.
- Pasaré toda mi vida junto a ti, Anna.- Yo le regalo otro beso más.
- Te quiero Daniel, pasen cinco diez o mil años te seguiré queriendo como el primer día.
- ¿Cómo aquel 1 de julio?
- Como aquel 1 de julio.
Nos volvemos a besar y tras varios minutos de amor infinito, se levanta y me sirve una copa.
La cojo y bebo un poco, la dejo cerca de mí.
- ¿Sabes? No sé qué nos deparará el futuro, pero me da igual, si sigues junto a mí.
- Pues yo si lo sé.- Me dice, y se vuelve a sentar a mi lado.- Algunos dicen que el futuro nos puede deparar miles de cosas, pero cada una de ellas las escogemos nosotros mismos, solo nosotros.- Deja escapar un silencio de varios segundos pero enseguida prosigue.- Yo pienso que el único futuro seguro nos lo da Dios, y es el amor.- Entorna sus ojos a los míos.- Y yo no soy quién para contradecirle, ¿no?- Niego con la cabeza y sonrío.- Pues, ¿qué me dices? ¿Lo hacemos posible?- Me tiende la mano.
- Junto a ti, lo que sea amor.
Le doy la mano y nos levantamos. Me guía hasta la piscina que preside el ático del edificio y nos metemos en ella.
El agua está algo fría, pero sus abrazos me consuelan y me llenan de calor.
Los dos reímos por vivir otra locura más juntos. Otra locura más que apuntar en nuestra vida. ¿Cuántas llevaremos ya? ¿Cien? ¿Mil? ¿Millones quizás? Sí, en estos años hemos pasado tanto... Tanto amor compartido, juntos como siempre. No conseguimos que ningún trabajo nos separase, y cómo él dijo alguna vez: <<Este equipo de tontacos se volverá a juntar cuando el amor y el trabajo pueda compajinarse sin problema alguno.>> Y así fue. Parecía imposible, pero este equipo de tontacos se volvió a unir, y esta vez para mucho más tiempo.
Mientras disfruto de su cuerpo bajo el agua, siento como me besa, como empieza a hacerme suya, pero ya con más cuidado, sin demasiadas locuras juntas, ya que nos espera una niña en mi interior.
Termina de besarme y se vuelve hacia mi barriga algo crecida ya debido al embarazo. Posa sus manos en mi estómago y lo besa bajo el agua.
- Hola pequeña.- Le oigo decir.- Soy tu papá, un papá muy, muy loco que vas a tener en unos meses. Pero que te va a cuidar siempre y no va a alejarse de ti jamás, porque me he enamorado de tu mamá y de ti, pequeña mía. Vamos a ser una gran familia.- Le veo emocionado y le beso en los labios para demostrarle todo mi cariño y el de ella.
- Aún no hemos decidido cómo se va a llamar.- Le digo pensativa.
Dani se acerca de nuevo a mi estómago y posa su oreja en ella.
- ¿Cómo te quieres llamar, mi vida?- Sonríe, se levanta y me da un beso.- Dice que quiere llamarse Anna, como su madre.




Ohhhh que tiernos...y acompañado de esas foto más aún
ResponderEliminarUna pasada de relato!!!! Muchas gracias.
ResponderEliminar