Tontac@s, cómo ya habréis visto, esto no es una historia completa, son mini relatos Danna. Me parece más cómodo de narrar y espero que os gusten, os emocionen, y os hagáis fan fan fan de póster de estos relatos.
Os quiero.
Gracias por estar ahí <3

sábado, 14 de septiembre de 2013

Recuerdos ahogados en lágrimas ♥ (con la colaboración de María Love Story @tontaca_82

Tan sólo recuerdo partes, fragmentos de aquel día. Del día del accidente. Recuerdo verme tirado en el suelo, sangrando en medio de la carretera. No sé en qué estaría pensando cuando me tiré allí para acabar con mi vida. No veía las cosas claras, no quería seguir con el sufrimiento del día a día. Toda la rutina me mataba, la realidad me aplastaba, y encima Anna y yo no conseguíamos tener un hijo. Por eso quizás quisiera acabar con todo sin importarme el resto. Pero lo que no sabía es que ella vendría a ayudarme a rescatarme. Oír su voz gritándome, desesperada. Pidiéndome que volviera a su lado. Y cuando cruzó la carretera... Maldita carretera.
Maldito sea aquel aciago día en el que decidí acabar con todo, con todos mis problemas y con toda mi ilusión por seguir aquí,  junto a Anna ... el amor de mi vida. Me arrepiento tanto y es que el único culpable soy yo, el único responsable de que ella ya no esté soy yo, por estar tan ciego y por no importarme todo lo que dejaría atrás...
Aun es como si lo estuviera viendo. Anna corriendo hacia mí, yo me giré para mirarla y de repente todo se volvió oscuro, negro, y el sonido de un fuerte golpe me inundaba los oidos. Las imágenes pasan como diapositivas en movimientos por mi mente. Niego con la cabeza, las dejo pasar para no hacerme más daño.
Intento olvidarlo, intento no culparme aunque en realidad ese peso no me lo quitaré nunca de encima , porque fue mi culpa... de no ser por mí, ella seguiría a mi lado , seríamos felices y todo... todo sería mucho mejor. Anna era la única que conseguía hacerme feliz, era la única que me comprendía y sabía lo que me pasaba en todo momento.
¿Por qué lo hice? ¿Por qué tuve que arriesgar su vida? El que tendría que estar muerto soy yo, y ella llorando por mí. Aunque quizás eso sea demasiado egoísta, no sé. Pero su vida vale diez mil millones más que la mía y dejé que muriera por mí, por mi culpa. Soy un imbécil...
Soy un completo gilipollas me antepuse a todo y ella salvó mi vida al intentar evitarlo acabó pagando un gran precio, cuanto me gustaría retroceder en el tiempo unos días atrás para ver todo lo bueno que mi vida tenía: Anna, el equipo, familia, amigos... pero mi egoísmo pudo con todo, el pensamiento de abatimiento me cegó y he acabado chocándome contra la verdad misma.
Y lo peor parece que no ha acabado aún. Me encuentro en una sala de espera de un hospital. Me llamaron hace poco para informarme algo sobre el estado de Anna antes de morir. Y mientras mi mente me sigue torturando con recuerdos que se han marcado a fuego en mi memoria, pasan los minutos en esta diminuta sala de espera. Los recuerdos me están matando. ¿Cómo fui tan gilipollas?
¿¡Cómo pude dejarla morir así?! No lo entiendo, ahora ya sin ella no valgo nada, mi vida no tiene sentido si ella no está a mi lado, besándome, abrazándome, sonriéndome o tan sólo mirándome con esos hipnotizantes ojos azules que tanto me han perdido... No puedo creer que ya nunca más vaya a volver a verlos brillar de esa forma tan especial que tenían... Los minuto me matan, el rencor hacia mí mismo aumenta, mis ojos se encharcan de lágrimas de dolor. Un dolor que me mata por dentro a cada segundo que ella no está a mi lado.
Miro al techo beige intentando pedir consuelo. Pero nadie me responde. Nadie me ayuda. Mis ojos se encharcan en lágrimas cada vez más. Entonces la veo, su rosto angelical, sus ojos azules, sus labios rojos, su pelo rubio, su rostro, su mirada, de pena mezclada con una ternura melancólica.
- A.Anna...- Digo tartamudeando.- Te... echo de menos...- Alzo mi mano para tocar mi espejismo.
Ella me sigue la mirada, mueve los labios. Me está hablando.
- Te quiero Daniel, no lo olvides jamás.- Su voz suena hueca y triste.
Cae una lágrima al suelo, y detrás de esa, muchas más, van anegando aquella sala. Son mías. No aguanto más, todo esto me está superando. Yo debería estar muerto y ella aquí, viva. Con esa sonrisa. Esa sonrisa inmortal.
- Anna... Lo siento... Todo esto es culpa mía...- Digo entre lágrimas.
- Shh, calla mi pequeño.- Mis latidos aumentan al igual que mi ansiedad. Las lágrimas no cesan, ni lo van a hacer por un tiempo. Me ahogo, no puedo más. Entonces la siento cerca de mí.
- Mírame.- Me ordena dulcemente. Y fijo la mirada en sus ojos azules de cuento.
Es entonces cuando me besa en los labios y sella este final. No, no hay final. Dijimos para siempre, no es así? Nuestro amor sigue latiendo.
- Te amo Annita...- Le susurro.
Ella me sonríe y me dedica una última mirada. Y me dice:
- Dani, no llores.- No puedo aguantar las lágrimas.- Porque, ¿sabes qué? Estoy embarazada, vamos a tener un niño...
Esa frase, esa última frase me hiela el corazón. Esa era la noticia del médico... Estaba embarazada.


























viernes, 13 de septiembre de 2013

Alcalá 518, un lugar donde la magie existe♥

A veces pienso que todo es fantasía, que todo es un sueño, que la magia existe, que todo es posible. Y es que aquí todo es posible, ¿verdad? Aquí, entre corchopanes, muñecos y luces de colores. Entre sillas de telaraña, luces, focos. 7 y acción. Aquí todo es posible, aquí la magia existe, aquí los sueños se cumplen. ¿No es verdad? Madrid. Calle Alcalá 518. Aquí reviven sonrisas, aquí no se llora, aquí se vive, se crea felicidad, se hacen sueños realidad. Aquí se crea magia, las lágrimas se borran y se dibujan sonrisas. Aquí, junto a un equipo, una familia, nuestra familia. Nosotros, tres tontos muy tontos, tres tontacos. ’’Creadores de sonrisas’’, ’’Sultanes de la risa’’. Decían que este trío compartiendo una mesa y un plató, hacíamos magia. Creábamos todo a nuestro antojo. La gente nos seguía, nos quería. Se creó un sentimiento, el espíritu de la risa. Lo mejor que hay, reír, ser feliz. Y es que esto es así. Teníamos que existir, eso dice Pablo. ’’ Sois el manicomio maravilloso que la gente espera ver cuando llegan a sus casas reventados por la realidad de sus vidas. Vosotros evadís a todo el mundo con vuestra risa. Hacéis magia, tontacos. Habéis creado algo maravilloso. Habéis creado la felicidad’’....

Ya han pasaso 10 años de esto y aún paso por Alcalá 518 y me emociono. No consigo contener las lágrimas. Aquí mi vida cambió, mi fama, mi familia. Flo, Dani, todo el equipo junto a nosotros día a día. Dani... el amor de mi vida. Aquí comenzó todo, aquí hubo ese feeling tan nuestro, esa envidia del resto de televisiones. Nos echaron por eso quizás. No conveniamos a las televisiones. Tanto bien para tanto mal. No les convenía tener a una sociedad feliz. ¿Quién compraría sus productos, quién vería sus series, quién prestaría atención a la televisión siendo feliz? No les conveníamos. Pero nosotros no hemos parado de repartir risas por el mundo. Nuestro espíritu aún se lleva. Los seguidores siguen ahí, al pie del cañón, día a día. Durante 10 años, la cosa no ha cambiado. Porque esto no ha acabado aquí. Los tontacos no se han ido, los tontacos volveremos y seguiremos repartiendo sonrisas por el mundo.

miércoles, 17 de julio de 2013

Tan sólo un beso tuyo

- Anna, cariño despierta. - Una voz dulce hace que abra los ojos.

 - Mfdgmm...- Parpadeo un poco hasta que abro los ojos del todo y me incorporo.


Miro hacia arrriba y veo a un chico alto, moreno y con camisa de cuadros. Sonrío, es Dani.

- Buenos días princesa. - Eso hace que sonría más.  Dios, su voz. Es adorable,  alajsjsjkd.


- Buenos días cielo.- Me siento en el borde de la cama y él me recibe con un beso.- Mmm...- Saboreo sus labios- ¿Eso es chocolate?

 - Jo, me has pillado. Yo quería darte una sorpresa.

Me deja intrigada y mientras se dirige a la puerta sonriente, me guiña un ojo y yo le lanzo un beso al aire. Él sale al pasillo y vuelve con un carrito de madera que contiene dos bandejas, cada una con una taza de chocolate que rebosa humo de ella y desprende un olor empalagoso, también, en el centro, una bandeja dorada con varias magdalenas.
Me quedo embobada mirándolo todo, le miro y cuando le voy a decir lo encantada que estoy, lo enamorada, todo... Sonríe y me manda callar. Le tiro hacia mí, me besa. Nos miramos y me dice:


- ¿Creías que sólo era esto? - Inocente,  asiento y él saca de debajo de la bandeja una rosa.


 - Ohhh, cariño ¿es para mí? - Este hombre me enamora cada vez más.
Cuando alcanzo mi mano para cogerla, la aparta y se la guarda detrás. Me mira y sonríe pícaro.
- Ey, ¿y mi beso qué?- Uy Martínez, que juguetón nos hemos despertado jajajaj.
- Ven y dámelo tú.
- No me lo digas dos veces.- Y se acerca a mis labios y nos unimos en un beso. La pasión aumenta al igual que el calor y la rosa cae de sus dedos y rebota en las sábanas, sitio dónde segundos después nos encontramos tumbados en la cama devorando la pasión y haciendo nuestro el mundo, el día, las horas, los minutos,  los segundos.

Y ¿no era sólo un beso? ♡















lunes, 17 de junio de 2013

Carta de amor

¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo? ¿Que no puedo estar un segundo más sin ti? Que cada vez que miras o me sonríes me derrito, me matas. ¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo? No puedo controlarme más. No puedo acercarme a tu boca sin deseártela de una manera loca, sin perderme en cada milímetro de tus labios. De tu pelo, de tus ojos. Rubio, azules. Anna, no puedo poner más excusas, me he quedado sin ellas. No puedo estar más sin poderte decir nada. Pero cuando me decido en persona, te miro a los ojos y allí sólo veo amistad y me entra miedo. Miedo de perderte. De que te asustes y te alejes de mí. Eso es lo último que quiero.
Pero es que no puedo ocultarlo más, se me nota demasiado. Lo que para ti es un juego, para mí es la mejor de las cosas y una nueva oportunidad de disfrutar de ti. Lo que para ti es guión, para mí es la vida. Cada mirada me llena, cada frase, cada palabra, si sale de tus labios me enamora. Sólo son simples frases sacadas de la mente prodigiosa de algún guionista, lo sé, pero ¿y si fuera verdad? Cuando me dices esas cosas, cuando me tratas de esa manera única, ¿estás actuando? Yo no lo hago, yo me dejo llevar. Me dejo llevar, dejo que las palabras se dejen llevar más por el corazón que por ese trozo de papel. Me gusta que la gente nos llame pareja, que les gustemos. Me gusta poder tener ese buen rollo contigo, poder disfrutarte aunque sólo sean 75 minutos cada día. Que después todo termina, y al igual que los focos y las cámaras, todo se apaga y volvemos a ser sólo dos buenos amigos que no se salen del guión. Bueno yo sí, quizás sólo yo. Pero no se me nota, ¿o sí? Creo que el público intuye algo. Anna hagamos esto realidad. ¿Le damos ese gustazo? Ellos quieren, yo quiero, ¿quieres tú mi princesa? No sé por qué soy tan brusco de repente y te suelto todo esto de golpe, siento ser así, pero debía decírtelo. Debía decirte todo lo que siento, porque no aguanto más. Puede que no sientas lo mismo, pero ¿qué pierdo en intentarlo? Hay que ser valiente y me arriesgaré a que me niegues todo esto si así consigo tu amor por mí.
Anna, no sé que más decirte, ya te he confesado todo. Sólo queda tu repuesta, y espero no haberte asustado y que contestes con un sí. El mayor de todos. Te haré la más feliz, pequeña, lo sabes. Contéstame en cuanto leas esto. Tan sólo déjame una nota en mi camerino, con eso basta.
Espero poder conseguir mi objetivo, mi sueño.

Te quiero Anna.

                                                                   Dani

sábado, 11 de mayo de 2013

Danna, te quiero.

¿Que qué fue lo que me enamoró de ti? No te sabría decir exactamente. Fueron tantas cosas a la vez. Y en tan poco tiempo, con tan pocas palabras dedicadas, tan pocas miradas y sonrisas compartidas. Pero cada una de ellas eran como explosiones de sensaciones en mi interior. Mi pupila se dilataba, se derretía en tu mirada. Tu risa a contraluz. Eras mi ilusión, aparareciste de repente y quitaste todas mis penas. Fue todo sin quererlo, sin predecirlo. Sin darnos cuenta todo surgió. Y me fui enamorando más de ti. Todo en tan poco tiempo. A contrareloj. Y de repente un día compartinos nuestra piel. Me abrazaste, me uniste a ti y nos dimos un beso. Un tierno y suave beso. ¿El mejor que haya probado en mi vida? Sí. Y después de ese vinieron muchos más. Compartiendo halagos, cariño, pasión. Y me mordías el cuello, la oreja. Me perdía en tus te quiero pero tú me guiabas siempre hasta nuestro camino. Me hacía tuya, éramos uno. Todo fue tan rápido, hemos disfrutado tanto. Y cada día que paso a tu lado lo hago aún más, cada segundo que estoy a tu lado es como droga para mi cuerpo. No puedo estar un segundo más sin ti. Mi necesidad de probar tus labios es directamente proporcional a los segundos que paso junto a ti. Cuanto más te tengo a mi lado más necesidad tengo de estarlo siempre. No puedo estar ni un momento sin pensar en ti. Eres el protagonista de mis sueños, el pintor de mis ilusiones, de mi cielo, de mi mundo. Dibujaste las estrellas de mi mundo, le diste una vuelta de trescientos sesenta grados a mi vida. Lo llenaste de locuras, de cambios, de cambios a mejor. ¿Qué sería de mí sin tus locuras, sin tus brotes de pasión? Cada día siento que te necesito más, que necesito sentir el roce de tu piel junto a la mía. Me he hecho adicta a ti. Cuando me das un beso deseo que se pare el tiempo y disfrutar de ese momento todos los días de mi vida. Porque es eso lo que quiero, estar junto a ti siempre, todos los días de mi vida. Eres la cosita más linda del mundo. Pronto te darás cuenta. Porque lo nuestro comenzó en un parque e hizo leyenda al dicho de que los flechazos existen. Ahora vuelvo a creer en todo esto. Le has dado al interruptor de mi corazón y ahora todo vuelve a estar iluminado. Se ha ido la oscuridad. Y eso me parecía imposible. Me parecía imposible volver a ser así de feliz. Pero tú lo conseguiste, conseguiste hacerme feliz, hacerme ver que el amor es de verdad, que no solo existe en las canciones. Por fin puedo disfrutar de verdad y esto aún sólo es el comienzo de una historia que no tiene final.

Danna, una historia que comenzó entre besos y abrazos, y que no tendrá final.

jueves, 11 de abril de 2013

Amor interminable (Parte 2)

''Y ni siquiera nos separó el cielo de la tierra"

Una última frase. De despedida. Yace escrita en su lecho. Todos aplaudimos mientras vemos como su cuerpo desciende para fundirse con la tierra. Se oyen llantos, por todos lados. Hay mucha gente. Familia, amigos y seguidores han venido a despedirle. El cura dedica unas últimas palabras en latín y hace el signo de la cruz con la mano.

Y ahí estoy yo, emocionada. Viendo cómo se despide de mí, para siempre. Doy un paso adelante y avanzo hasta dónde está su ataúd. Todos me miran. Intento dedicarle unas palabras, pero la voz se me rompe. Miro hacia atrás y veo a todos los del equipo. Me miran con los ojos encharcados. Intentan darme fuerzas desde allí. En la primera fila, Flo. Me mira con la mirada hundida en la tristeza. Aún así, asiente para darme paso a hablar.

''Tú puedes Annita'' Le oigo susurrarme. Aunque sólo me entero yo.

Entonces me lleno de las pocas fuerzas que me quedan e intento conseguir sacar alguna palabra de mis labios.

- Cariño....- Consigo decir. Pero enseguida me emociono y las lágrimas paran mis palabras. Me recompongo, lo intento.- Jamás pensé que te irías tan pronto. Jamás pensé que me abandonarías así...- Mis palabras hacen eco por todo el lugar.- Sé que aun habiéndote ido tan lejos, nuestro amor no se va a acabar. Porque es eterno, porque lo prometimos. No voy a dejar de amarte nunca. Espero que tú tampoco. No quiero que me olvides. No quiero que te vayas así, sin ni siquiera despedirte.- Paro un segundo. Miro al suelo y mi mirada vuelve poco a poco al ataúd de Daniel.- Me debes un beso.- Una sonrisa se dibuja en mi rostro. Una pequeña sonrisa.- Te fuiste sin darme ninguno...- Me estoy volviendo a emocionar.- Amor, hemos pasado de todo juntos. He compartido a tu lado tantas locuras, tantas aventuras, tantos viajes, tantos programas... Tantas puestas de sol a tu lado. He compartido tanta pasión junto a ti. Tantos besos, tantos abrazos. Todo el amor que nos regalábamos el uno al otro cada día. Todos los días de mi vida voy a estar junto a ti, como lo has estado tú de mí. Me has cambiado la vida. Le diste un giro de trescientos sesenta grados. Y te lo agradezco. Siempre con una sonrisa. Aunque eso hoy va a ser más difícil...- Una lágrima recorre mi rostro y acaba cayendo de mi barbilla a mi mano.- Dani, he compratido tanto junto a ti... Te he amado hasta límites infinitos. Nadie amará como nosotros lo hemos hecho. Nadie, porque hemos marcado una leyenda. El caballero y la princesa, ¿recuerdas?.- Mi vista se pierde por los miles de árboles que hay aquí.- Nuestro amor es infinito, es eterno. Ni siquiera nos va a separar el cielo de la tierra. Porque somos una Anna Simon para un Dani Martínez. La pareja perfecta. La pareja tontaca. Nosotros. Uno. Nos fundimos en uno. Nuestra hija es fruto de nuestro amor. La pequeña Anna...- Se me escapa un suspiro. Intento aguantar las lágrimas, pero no puedo.- Cariño, estés donde estés...- Parece que está junto a mí, enfrente mía. De pie, mirándome mientras le hablo. Mientras le dedico mis últimas palabras. Mi despedida. Le miro a los ojos. A esos ojos que nadie ve, tan sólo yo.- Quiero que sepas que te amo...- Me mira. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Él también parece estar llorando, emocionado por todo esto. Observo sus labios que parecen estar diciendo algo: ''te quiero''.- Y que lo voy a hacer durante toda mi vida. Nunca te voy a olvidar.- Se acerca a mí. Su cuerpo transparente. Le observo emocionada. Y siento que me acaricia la barbilla, que me besa en el cuello. Y yo lloro, me estremezco. Se acerca más a mí. Su cuerpo muy pegado al mío. Me coge de la barbilla y me mira. Con esos ojos verdes. Esos ojos mágicos, embrujadores. Su mirada de siempre. Pero ahora está llenos de tristeza. De lágrimas. De un adiós, pero no un para siempre. Porque el para siempre lo prometimos para amarnos, no para despedirnos. Jamás habrá un adiós entre nosotros.- Te quiero.- Susurro. Y él me besa en los labios. No sé si es un beso real o no, pero me emociona tenerle de nuevo junto a mí. Aprovecho cada segundo junto a él. Como una ilusión de enamorada. Como un oásis en el que sólo nosotros disfrutamos de este último adiós, de este último beso. Mi espejismo.

Pasan unos segundos y él se va separando de mí. Poco a poco. Flotando en el aire. Mis ojos se llenan de lágrimas de nuevo y veo cómo se marcha de mi lado. Alzo mi mano hacia el horizontes, para que vuelva conmigo. Él también lo hace. Pero el universo impide este amor de cuento. Impide que mi ilusión se haga realidad.

Poco después noto a Flo a mi lado. Nos abrazamos con energía, con fuerza, con mucha fuerza. Soltando nuestras penas, nuestra tristeza, en el hombro del otro. Y en el ambiente no hay más que silencio, un incómodo silencio. De personas que no quieren romper este momento de complicidad entre un padre y una hija. De unos tontacos. Nos separamos y Flo me entrega una rosa roja para que la deje encima del ataúd. Nos miramos y avanzo poco a poco hasta dónde se encuentra Dani. Mis pasos se acompañan de las palabras de Flo, las últimas palabras hacia Dani.

<<Un viejo amigo me dijo un día que los programas terminaban, pero las personas que los hacían posibles, permanecían siempre vivos. Vivos en la memoria de la gente.>>- Voy avanzando y llego hasta su tumba. Tengo entre mis dedos la rosa que me ha dado Flo. Mis ojos no hacen más que empañarse. << Y señores, este amigo es él. Dani Martínez. Este gran amigo y compañero de viaje en esta vida. Siempre ha demostrado ser una gran persona, tanto fuera como dentro de las cámaras. Siempre ha sabido cómo conquistar a su público con una mirada, con una sonrisa...>> Se escuchan gritos de halagos hacia Dani. De los seguidores. Gritan su nombre. Lo llaman. Dicen que le quieren. Que jamás le van a olvidar. << Algunos lo llamaban Dani, Dániel, Danielo, pelopincho, caricato... Yo lo llamo Martínez. Ha sido muy importante en nuestras vidas. Desde el primer día, aquel 3 de Mayo de 2010, esa química que había entre los tres era inevitable. Es un chico perfecto. Me alegro de haber contado con él en esta etapa de mi vida. Ha marcado un antes y un después en ella. Muchas gracias por todo, compañero. Gracias por formar parte de esta gran familia tontaca. Gracias por donar risa, por sonreír cada día. Por demostrar al mundo que todo es posible. Por hacer feliz a toda esta gente. A tu mujer, a tu hija, a tu familia...>> Se vuelven a escuchar sollozos. Y tanto Flo como yo, no hemos parado de llorar por sus palabras. <<Gracias por todo, Martínez. La vida sin ti, sí que va a ser otra movida. Pero tú seguirás vivo en nuestra memoria...>> Una lágrima cae en uno de los muchos pétalos de la rosa. Se abre hueco por ella. Esa lágrima es mía. Intento ahogar mis lágrimas en la manga de mi vestido, pero no cesan. Tras las palabras de Flo, todos aplauden y nos halagan a cada uno de nosotros. Yo, emocionada, dejo escapar la rosa de mis dedos. Y la veo caer en su ataúd mientras pronuncio un último te quiero. La rosa yace encima de su tumba. Vuelven los sollozos, los llantos y los gritos de la gente recordando que jamás le olvidarán. Voy hasta donde están todos los del equipo y mi hija. La cojo en brazos y se vuelve a echar a llorar en mi regazo. Flo intenta calmarla, pero no surge efecto.

Y de repente, suena esa canción, Hey Soul Sister. Y esta vez no es en nuestras mentes, suena de verdad. Y comienzan a tirar globos hacia el cielo. Globos con nuestros nombres inscritos en ellos. Los de todo el equipo. Es una sorpresa del público. Todos observamos la escena emocionados, y de repente me fijo, hay un globo que destaca entre todos:

''Danna, un amor interminable. Que permanecerá vivo entre el cielo y la tierra. Y que ni siquiera la muerte podrá con él."










miércoles, 10 de abril de 2013

Amor interminable.

Árboles, árboles de todo tipo. Altos, muy altos. Quizás demasiado. Y flores, muchas flores. De todos los colores. Adornándolo todo. Cómo para ahuyentar los miedos y las preocupaciones, todo. Largas paredes blancas, anchas y tan altas casi como los abetos que rodean todo esto, dan paso a los caminos que se pierden a medida que das un paso atrás. Es cómo si no quisieran que te fueras. Es como si quisieran encerrarte aquí también, junto con toda las personas que abarcan este lugar. Y en medio de todo, un lago. Un cristalino y precioso lago. Si te asomas a él tu rostro se ve reflejado en el agua. Todo parece precioso aquí, pero tan sólo si no sabes dónde te encuetras, te parecerá precioso. Es un lago muerto, un lago que escode recuerdos, vidas, miles de vidas pasadas alrededor de él. Enorme, pero a la vez tan pequeño. Tan puro y a la vez tan maldito. Si no fuera por el sitio, diría que embruja. Todo esto es un lugar que trae malas sensaciones nada más entrar. El olor a perfume me inunda los pulmones. Del perfume usado de muchas de las señoras y chicas que comparten este lugar con nosotros. No es el típico perfume que te embriaga con tan sólo probarlo una vez, no. Este perfume es distinto, es de los que te compras por comprar. De los que sabes que te echas una gota y el olor te rebosa durante horas y horas por todo el cuerpo. Es de esos olores que marean, que dan dolor de cabeza. De los típicos de estas circunstancias. Los compran y se los ponen para salir del paso. Nada aquí, aún habiendo diamantes u oro puro, es precioso. Todo parece estar cubierto de un halo de oscuridad, de angustia, de penas acumuladas durante años y años. Quién sabe cuántos. La tristeza me ahoga, es un ambiente donde sólo se puede compartir un sentimiento. El ambiente es turbio, las sonrisas se pierden y los ojos se empañan.

Y hace unos días, esa llamada... lo provocó todo.

''Ocho de la tarde. Ya hemos salido de la reunión. Uf, ha sido larguísima. Hemos hablado de todo. Todo está discutido, cambiado, arreglado y listo para que el Lunes salga un programa perfecto.

Tomo un sorbo de mi cola zero y dejo el vaso appoyado de nuevo en la mesa.Todos nos miran a Dani y a mí y sonríen. Nosotros nos cogemos de la mano y lo hacemos junto a ellos. Cominza una nueva conversación que incluye chistes por parte de todos y risas, las risas nunca faltan aquí. Sabemos que jamás faltará una sonrisa en nuestros labios''

Mis labios. Noto como una gota de lluvia se abre paso por ellos. Instintivamente la aparto con mis dedos y miro al cielo. Todo nublado. La lluvia nos invade. Una tormenta se avecina. Parece que las tristezas acumuladas aquí han creado esta atmósfera de infelicidad. Vago por las piedras que se abren paso por los jardines de este lugar. Están todas perfectamente ordenadas creando un camino gris y verde. Seco y a la vez mojado. Lleno de vida y a la vez muerto. Paradojas. Dejo que mis pensamientos naden libres por mi mente, aunque no tengan ningún rumbo concreto. Los dejo pasar todos. Pero no hay ninguno que no le incluya a él. A su mirada. A su última mirada. La imagen de sus labios moviéndose dedicándome sus últimas palabras. Al menos las que yo escucharía. No hay un solo recuerdo que no lo incluya a él. Lo invade todo. Y no sólo en mi mente, si no que en todas las de las personas que acompañan esta sintonía de tristeza y llantos. A veces parece que no lloran, a veces parece un coro. Un coro de llantos desesperados. A un sólo tono. El que ruega que vuelva. Todo esto es horrible.

Veo que ya estamos llegando. Las flores se apoderan del lugar. Los árboles hacen círculo sobre nosotros. Los muros nos rodean. Y es entonces cuando siento que alguien me tira de la falda del vestido. Miro pero no hay nadie. Quizás más abajo. Sí, eso es.

- Mamá...- Anna, nuestra hija. Sólo podía ser ella. Noto como brillan sus ojos. Cómo se rompe su voz, está apunto de echarse a llorar.- Mamá.- Una lágrima recorre su puro e angelical rostro. Me echa los brazos para que la coja y lo hago enseguida. Cuando ya está en mi regazo se echa a llorar en mi cuello. Yo intento contener las lágrimas y le beso el pelo. Intento ser fuerte. Lo intento. Lo intento, pero no puedo. Segundos después, ya son varias lágrimas las que salen por mis ojos y se abren paso por mi rostro. Suspiro, me tapo la boca con la mano y aprieto los ojos fuertemente. Cómo si así pudiese hacer desaparecer todo esto. Eso. Pero no puedo. Ya no se vuelve atrás. No se puede. Es imposible. Mi llanto y el de mi hija se acompasa casi al mismo tiempo. Se abraza más a mí, fuerte. No me quiere soltar ni yo a ella. Poco a poco nos vamos recomponiendo. Nos miramos y somos cómplices que tanto la una como la otra estamos destrozadas. Ninguna dice nada. No hace falta.

Noto una mano en mi hombro. Me vuelvo a ver quién es y me vuelvo a emocionar en seguida.

- Flo...- Dejo a Anna en el suelo de nuevo y me abalanzo a abrazarle.

Él me acoje sin deicr nada más. Me acoje entre sus brazos. Esos brazos de padre. Eseabrazo del que mi hija tenía necesidad por mi parte y yo, como hija de él también la tengo. Porque soy su hija, y él es mi padre. Acordamos eso desde la primera carcajada en Tonterías Las Justas. Él es mi familia. Él y la pequeña son todo lo que tengo. A mis padres y a los suyos. A Tina y a Fernando. También han venido. Cómo era de esperar. Pero ahora no es eso lo que me importa. Mi mundo se ha parado, y se ha parado en sus sollozos, en su abrazo. En sus preguntas, en sus porqués. En su apoyo, en el apoyo digno de un padre.

- Flo...- Vuelvo a pronunciar sin apenas voz. Nos miramos un segundo y parece que revivimos a la vez todos estos años en un sólo momento. Nuestra mirada es transmitiva. Se funde en recuerdos. Su pupila refleja aquel día. Un tres de Mayo de 2010. Refleja las tonterías vividas en el ranking, cada día. El primer beso, cuando él nos descucbrió en los pasillos de la productora. Siete y acción. Ese ha sido el núcleo de nuestro amor. Un amor eterno. Lo prometimos un día, entre paredes azules con tuberías de colores. Con una mesa de cristal y sillas te telaraña. Aquellos días de ensueño. Dónde nuestros sueños se habrían paso a nuestros pies. Todo estaba a nuestro alcance. Éramos los tontacos. Los tontacos queridos y amados por la audiencia. Nos lo han demosttrado tantísimas veces... Todos somos una gran familia. Y los recuerdos siguen. Como diapositivas en movimiento sin música con la que acompañarla. No hace falta. El ambiente quizás ya ambiente demasiado. Se mezclan los dos programas. Las salidas de guión, las comidas. La risas infinitas. Porque acordamos que nuestra risa no se apagaría nunca, jamás. Hoy parece que todo ha acabado para los donantes de risa. Parece que la canción del final retumba en nuestras cabezas. Hey Soul Sister. Acompasamos los recuerdos con la música. Nuestros ojos no hacen más que empañarse. Las imágenes pasan sin cesar. Parece mágico todo esto. Todo lo que puede decir una mirada. Observo la suya de nuevo. En sus pupilas se refleja ese abrazo de reencuentro en Otra Movida. Esas tonterías. Esas risas. Compartidas para toda España. Las fiestas en las casas. El día de mi boda, el nacimiento de mi hija. Esos recuerdos me fulminan. Hacen que mi llanto se vuelva más profundo. Vuelvo a aferrarme a su chaqueta y dejo que mis sentimientos se vayan restableciendo poco a poco. Ahogando mi llanto en una chaqueta de piel. Oigo susurrarme algunas palabras incomprensibles. Al final consigo descofrar algo. La última frase:

''Érais uno, cielo. Vuestro amor era puro. Y sé que lo seguirá siendo. Porque nada va a poder con vosotros. Ni siquiera esto. Crééme. ¿Que por qué lo sé? Simple, porque sois Anna Simon y Dani Martínez. Los que, sin vosotros, nada de esto sería posible. Y nada lo será. Y nada podrá acabar con vuestro amor. Ese amor eterno. Ni siquiera la muerte."





 

domingo, 10 de marzo de 2013

Tenemos que hablar (Parte 3)

Estoy en mi coche, saliendo del garaje. Se abre el portón. Doy golpecitos con los dedos sobre el volante mientras espero impaciente a que la puerta se abra del todo, esto parece eterno.                   
Calle Marathon, cruzando la calle Alcalá. Me dirijo a la casa de Dani.
¿Que cómo estoy? Nerviosa, quizás demasiado. Por mi cabeza pasan miles de dudas, mil por qués, miles de preguntas sin responder, necesito saber qué es lo que le pasa pero me da miedo enfrentarme a ello. Mi tentación de volver atrás, de no ir a ese encuentro es grande, pero se lo he prometido, al fin al cabo así sabré qué le ocurre.
Ya estoy a punto de llegar, mi cabeza sigue saturada de pensamientos cada cual más confuso. Se lían, se confunden, pocos se enlazan al final.
Llego a su puerta, aparco. Respiro hondo. Suspiro. Estoy temblando y no sé por qué. Bueno quizás si lo sepa...
Llamo al timbre y espero. Son pocos segundos los que tarda en abrir, pero muy intensos para mí. Parece que ya me estaba esperando desde hace rato.
- Ho.hola...
- Pasa, te estaba esperando.
Su voz suena dulce y suave. Parece que ya no es el Daniel de ayer, el que me habló tan seco, tan cruel y tan borde. Me lo han cambiado. Su voz ahora suena tranquila, aunque se puede notar que está preocupado por algo. Me inquieta no saber el por qué.
Me indica que pase con el brazo y le obedezco. Los dos pasamos al salón.
- Siéntate, estás... en tu casa.- Y en verdad no me miente, esta era nuestra casa. Vivíamos en la suya hasta que pasó lo que pasó. Decidí volver a la mía por no causar más tensión. Ya había bastante, aunque después de todo, él desapareció durante todo el fin de semana.
Nos sentamos a la vez. Parecemos dos extraños que no se conocen de nada, tan sólo de dos segundos y sin embargo llevamos mucho tiempo juntos. Cada uno está en un extremo del sofá. Ninguno dice nada, permanecemos en silencio por miedo ha quedar mal con alguna de nuestras palabras.
Pasan así unos segundos, quizás minutos, no lo sé. Dios, no puedo con esto. Me froto las manos, nerviosa, y le doy vueltas a mi anillo. No hago nada más que pensar en qué pasa ahora mismo. Mi mente va a una velocidad sobrehumana, intentando enlazar cada uno de mis pensamientos, intentado coger cada uno de los detalles de esta situación, pero no consigue nada más que silencio. Comienzo a cansarme de esto. Le miro de reojo y le veo apoyado sobre sus rodillas, serio, con la mirada pérdida, inmerso en sus pensamientos.
- Dani...- Consigo decir con un hilo de voz. Atraigo su mirada. Sus ojos brillan, demasiado.
- Anna yo...- Veo que una lágrima sale de sus ojos. Yo me acerco más a él y le cojo de la mano. Me duele verle así.- Lo siento de verdad. No mereces que te haya tratado así, después de todo fue culpa mía y la pagaste tú.- Me mira a los ojos, los suyos cada vez brillan más y más.- No sé si me perdonarás o no, pero al menos has venido. Al menos tengo una oportunidad de explicarte todo.
Yo me quedo en silencio, observándole seriamente. Él entorna sus ojos hacia mí y rápidamente vuelve su mirada al suelo.
- Verás yo...
- Desapareciste Dani.- Le digo de golpe.- Desapareciste así de repente, sin dar explicaciones. Tan sólo una portada de una asquerosa revista me daba una pista de lo que te pasaba..- Le miro. Sigue llorando.- Un beso.- Digo, cómo si quisiera que toda la casa se enterase.- Un beso que no fue a parar a mis labios. A los labios de tu chica, de tu novia.- Ahora es él el que me mira arrepentido.- Besaste a Cristina. Y en vez de disculparte ante mí, me insultas, me humillas y despareces durante dos días completos.- El silencio inunda la habitación de nuevo.
- Anna yo...- Pero no le dejo que siga.
- Y después, ni contestas a mis llamadas, ni a mis mensajes. No escribes en twitter, no das señales de vida por ningún sitio. ¿Eres capaz de darte cuenta de cómo me sentía? ¿Del miedo que pasé por ti? ¿De la impotencia que sentí?.- Dejo otro largo silencio de por medio.-  Y después de días sin coger el teléfono, por fin, me llamas.- Miro al suelo cabizbaja.- Pero para decirme que me dejas, que ya no sientes lo mismo.- Los dos nos miramos. Pero son miradas distintas, la suya de arrepentimiento y la mía de impotencia.- ¿Daniel, te das cuenta de lo cruel que fuiste?.- Asiente.- Ni siquiera me diste una explicación de qué te pasaba. De un día para otro pasas de amarme hasta cálculos infinitos, a no quererme ni ver. Y todo el mundo tenía un por qué de ello menos yo...
Él permanece cayado durante unos segundos. Nos hemos intercambiado los papeles. Ahora soy la que llora y él el que pretende hablar.
- Anna.- Le miro.- ¿Me dejas que te dé una explicación ahora?- Tras unos segundos pensándomelo asiento y dejo que hable.- Verás.- Comienza.- Hace unos meses, Cristina pilló una depresión tremenda cuando lo dejó con Ángel. Ya sabes que le costaba mucho estar bien, y tan sólo sonreía en plató y porque lo ponía un papel. Estuvo muy sensible y yo intenté reforzar nuestra amistad para que al menos se sintiera acompañada por el equipo. Sabía que ella aún sentía algo por mí desde que lo dejamos hace ya años, pero ahora al fin era feliz con la chica de mis sueños y no iba a dejarla por nadie, porque te había estado deseando desde que empezamos Tonterías y ahora que por fin te tenía para mí, no pretendía separarme de ti por nadie.- Carraspeo la voz en signo de respuesta. Él parece pillarlo, pero sigue.- Bueno, pues estos días, me estuvo pidiendo de quedar algún día para tomar algo, en plan amigos, nada más, para despejarse un poco y olvidarse de su novio.- Se para un segundo, me mira para comprobar que sigo atenta y sigue.- La cosa es que no le podía negar una vuelta, porque estos días estuvo peor y no quería dejar sola a una amiga. Aproveché que tú tenías la sesión de fotos de FHM y la llevé a tomar algo.- Esta parte me duele bastante y aún no hemos llegado a lo peor.- Y no sé cómo pero después de mucha charla, al irnos al coche empezó a tontear conmigo. Yo no sabía si iba en serio o sólo era una broma, pero... iba en serio.- Suspira.- Me besó.- Dice con la voz rota.- Pero sólo fue un segundo, porque me aparté rápidamente. No quería eso, no lo escogí ni lo pretendí. Ella no se opuso y la llevé a su casa. Los dos acordamos no hablar de esto con nadie.- Tiene la mirada perdida.- Pero claso, no contábamos con la prensa.- Ríe irónico.- Anna...- Se fija en mí y ve que estoy llorando. Aunque yo no quiera aparentarlo, me he echado a llorar durante la narración. Me tapo la boca con las manos y ahogo mis lágrimas. Él me pasa el brazo por mi hombro. Al principio pienso en apartarle, pero no sé por qué prefiero tenerle cerca. Pensamientos ambiguos.
- Anna, perdóname...- Me susurra.
Yo sólo me dedico a mirarle a los ojos, a plasmarle el dolor que siento ahora mismo, que vea lo que me ha hecho sufrir. Él suspira y vuelve a su sitio.
- Dani...-Le miro.- No sabes el daño que me hiciste...
- Sí , sí lo sé. Por eso me quiero disculpar.- Me coge de la mano.- Por favor, perdóname cielo. No era yo, no sé lo que me pasaba...
Son las últimas palabras que resuenan en las paredes de la casa. El silencio inunda todo a nuestro alrededor, ninguno vuelve a articular palabra.
Suspiramos, nos miramos, nos abrazamos e incñluso lloramos. Lloramos por este amor roto, porque sabemos que esto no va a volver a ser lo de antes, que los días de ensueño han acabado. Que hemos roto nuestro amor en pedazos y no sabemos cómo unirlos de nuevo. No sé muy bien por qué, peo unimos nuestros labios de nuevo, lo convertimos en un nuevo beso, este más suave y tierno que todos los demás. Este más lleno de pasion, más intenso. Más único.
Es entonces cuando escucho a Dani decir entre lágrimas:
- ¿Este va a ser nuestro último beso?
Y llorando, ante su ojos verdes que me onnuvilan, ante sus labios tentándome. Ante é, ante Daniel Martínez, el chico que me ha hecho feliz durante mucho tiempo; asiento sin más y me aparto.


 

viernes, 1 de marzo de 2013

Tenemos que hablar. Parte 2 (♥)

<<Quiero dejarlo. No sé, para mí esto ya no es lo mismo. No sé si siento lo mismo. Lo siento, ya nos veremos el lunes. Adiós>>
Cinco frases. ¿Cinco puñales en mi corazón? Sí.
Ha sido franco, ha ido al grano. Ni siquiera me ha dejado hablar. No me ha dejado tener defensa mientras mi mundo se ha ido desquebrajando más y más en sus palabras.
Lo hemos dejado ¿Hemos terminado? ¿Así, sin más? ¿Sin ninguna otra explicaión más que ''para mí esto ya no es lo mismo''?
No puede ser. Camino como un alma en pena por mi habitación. Vago por los pasillos. Antes de llegar al baño ya me echo a llorar. ¿Por qué? ¿Por qué esto? Nosotros, que éramos la pareja perfecta. Los danna. Que habíamos vivido tanto juntos, que habíamos marcado leyendas, que habíamos amado infinito. ¿Por qué me hace esto ahora? ¿Por qué lo ha estropeado todo con un beso? ¿Por qué besó a Cris? ¿Por qué la tuviste que besar, Dani? ¿Por qué lo has tenido que estropear?
Estoy en el baño, sentada en el suelo. Con la cabeza apoyada en la pared. Estoy cansada, agotada. Todo esto es demasiado. Me ha dejado. Él. Después de lo que ha hecho. Después de dos días sin dar señales de vida. Y aparece dos días después diciéndome que lo tenemos que dejar, que no siente lo mismo. Sin dar explicaciones claras, sin concretar en nada. Me duele. Yo le sigo queriendo y él... Ya no sé ni lo que siente. Ni siquiera sé si sintió algo por mí alguna vez. Lo mismo fue todo mentira.
No, pero todo no podía ser inventado. Porque los momentos que hemos pasado juntos han sido increíbles, de ensueño. No es creíble que nuna haya sentido nada por mí. No me lo creo. Le pasa algo. Y no voy a rendirme hasta que consiga enterarme de todo lo que está pasando. Porque me acaban de arrebatar de mis brazos al chico al que amo. No sé quién aún. El destino quizás.

El día transcurre aburrido, seco. También acompañan lo mal que me encuentro y el mal cuerpo que se me ha quedado.
Apenas almuerzo nada, tengo el estómago cerrado.
Durante el día mi móvil no para de sonar, de llegarme whatssapp de compañeros, de amigos, de Flo. Parece que Dani ya se lo ha dicho a todo le equipo. Genial, mañana va a ser un día perfecto.
Siguen llegando mensajes a mi móvil. Lo típico, de apoyo, de ''¿Cómo estás?'' , de gente que quiere enterarse de todo lo que ha pasado. Pero, ¿qué les voy a contar yo si soy la primera que no sabe nada, que no comprende nada?
Decido que lo mejor es apagar el móvil hasta mañana, y es lo que hago.
Me tumbo en el sofá y me pongo a ver una pelicula que están poniendo en Paramound Channel.
''Por siempre jamás'' Genial. Es una de amor. Veo que voy a llorar, cómo siempre. Me decido entre cambiar de cadena y despejarme un poco o ser masoca y ver la película. Al final soy masoca y por no coger el mando y cambiar me quedo y veo la película. Me derrumbo nada más empezar. Me vienen a la cabeza todos los momentos con Dani, cuando me llevaba de viaje, me daba sorpresas, me llevaba a cenar a los mejores restaurantes de la ciudad, cuando vivíamos nuestra propia historia de amor, sin ninguna película acompañándola, cuando mis sonrisas eran frutos de sus besos, cuando me hacía suya en cualquier lugar que le apeteciera, sus locuras, mi mundo dió un giro de trescientos sesenta grados por él, y no me arrepiento, porque le quiero, le sigo queriendo.
El llanto me puede. El sueño y el cansancio también. Ni siquiera sé si he acabado de ver la película cuando me quedo dormida. El cansancio ha podido conmigo.

Cuando me despierto ya deben de ser las doce. Me levanto sobresaltada y voy corriendo a mi habitaión. Ya voy tarde, bastante tarde. Me he quedado dormida. La alarma no ha sonado. ¿Por qué no ha sonado? Si la pongo todos los días... Cojo el móvil y veo que no se enciende. Ahora me acuerdo, lo apagué anoche.
Voy todo lo deprisa que puedo. Me cambio, me visto con el primer modelito que encuentro. Da lo mismo, en cuánto llegue a plató me cambiarán. Me peino, me lavo la cara, los dientes. Durante un segundo me paro a fijarme en el reflejo que hay en el espejo. ¿Esa soy yo? Ojeras de no dormir bien, de haber llorado. Vaya cara. Espero que me maquillen bien hoy.
Cojo el resto de cosas y salgo pitando para allá.
En cuánto llego veo que está todo el equipo allí. Flo se me queda mirando con cara de descontento pero ni siquiera un segundo después me llevan corriendo, las maquilladoras y demás, para maquillaje y vestuario. Ni siquiera me da tiempo a saludar. Me encuentro confusa.
- Anda que no has llegado tarde, Simon.- Me dice una de las maquilladoras.- ¿Un mal día?
Le miro de reojo. ¿Qué pasa? ¿Todo el mundo se ha enterado de la ruptura? ¿Todos tienen explicación menos yo?
Cuando termino voy a vestuario y me escogen un vestido blanco y negro monísimo que lo bordean algunas notas musicales. Varios broches para decorar, pulseras, pendientes y todo lo demás.
Es entonces cuando escucho la puerta abrirse. Me pongo nerviosa, supongo que será Dani.
- Anna...- Para mi sorpresa no es Dani, es Cris. No sé á quién preferiría.- Anna, me ha dicho Flo que te pase el guión. Léelo o...- Le tiembla la voz. También le parece tenso este encuentro.- O lo que quieras. Nos vemos en plató.- Y se despide con media sonrisa improvisada.
Yo no lo hago. Se me escapa el guión de las manos. Se resbala de mis dedos. Yo no me opongo.
Me echo a llorar de nuevo. De impotencia. Les digo a las chicas de vestuario que se vayan, que me dejen sola y salgo por la puerta hacia mi camerino.
Llego con miles de pensamientos reboloteando por mi cabeza. No sé con cuáles de ellos quedarme.
Sigo confusa, más aún que antes. Todo el mundo sabe lo que ha pasado. Todo el mundo tiene su explicaión. Todo el mundo menos yo. La que se supone que debería saberlo todo. Que debería recibir al menos una explicación de todo esto. Al menos una disculpa. Algo. Pero al final soy yo la que no tiene nada.
Sigo andando por los pasillos y cuando estoy a punto de entrar en mi camerino, noto una mano que me agarra por el brazo.
Me doy la vuelta bruscamente. Es Dani, me mira con más respeto.
- ¿Qué?- Le digo seriamente. Ahora mismo no quiero saber nada de él.
- Anna.- Su voz suena más suave que ayer, eso está claro.- Anna, te debo una explicación, lo siento. Sé que todo ha sido muy brusc...
- ¿Qué ha sido muy cómo, Daniel? ¡Me dejaste ayer por teléfono! ¡Decías que no querías saber más de mí. De echo desapareciste durante dos días. Estuve sin saber nada de ti, no me cogías el teléfono!.- Se lo suelto todo de golpe, muy rápido. Sin pensar a penas lo que digo.- Me dejaste ayer por teléfono... Después de todo lo que pasó. Ni siquiera me diste una explicación de nada. Sólo que te cansaste de mí, que ya no sentías lo mismo.- Le miro a los ojos, pero no me mira. Esquiva mis miradas. Insisto y al final consigo que me mire a los ojos.- Tú, que me quisiste tanto, que me amabas, que decías estar loco por mí.- Ahora soy quién le coje del brazo.- Daniel, después de todo lo que hemos pasado juntos me dejas sin más. Sabiendo que tú eres el culpable por esas fotos.- Intenta hablar pero no le dejo.- Me dejas por teléfono, humillándome a llegar a mi trabajo tarde y con el dolor que se siente al saber que todo el mundo se ha enterado ya de que hemos roto ni siquiera veinticuatro horas después y que ellos tienen un por qué.- Le miro a los ojos. Hago que él me mire.- Ellos tienen una explicación y yo no.
 Después de decirle todo hay unos segundos de silencio, de tenso silencio. Nos soltamos. Cómo veo que no va a decir nada más, me doy la vuelta y justo cuando voy a cerrarle la puerta en las narices, oigo de nuevo su voz.
- Anna. Anna, espera, no te vayas.- Me doy la vuelta y le miro. Veo que está a punto de echarse a llorar.- Sé que he sido un cobarde, que me he cayado las cosas, que no debería haber desaparecido así, que esto no debería haber pasado.- Se para.- Lo de las fotos...- Veo una lágrima caer de sus ojos.- Sé que no tendría que haberlo dejado por teléfono, ni siquiera sé si tendríamos que haberlo dejado.- Esto ya es demasiado para mí, me lleno de impotencia y me vuelvo a dar la vuelta para irme.- A.Anna espera, por favor.- No sé por qué, pero le obedezco.- Sé que te debo una explicación. Siento que hayas pasado por todo esto y comprendo que ahora mismo estés enfadada conmigo, yo también lo estoy en parte y lo estaría si estuviera en tu lugar.- Noto que una lágrima se abre paso por mi mejilla.- Pero déjame que te dé una explicación de todo esto. Te la mereces. Sé que ya es tarde, pero al menos...
- Dani...- Suspiro.
- Quedamos después del programa en mi casa, ¿de acuerdo?- Asiento suspirando.- Allí te explicaré todo.- Me seca las lágrimas con el pulgar.- Pérdoname.- Me besa en la frente y se va. Desaparece por los pasillos de la productora.
Yo me siento más confusa aún que antes. Entro en mi camerino y cierro la puerta apoyándome en ella. Cierro los ojos durante unos segundos. Miles de pensamientos, unos más confusos que otros me recorren la mente. Mi corazón va a mil por hora.
Qué raro está Dani. Antes tan seco y ahora tan... ¿amable? No lo sé. Quizás sea bipolar. ¿Se ha disculpado?

Salgo algo más decidida a plató, con el guión en la mano. Apenas me ha dado tiempo de leérmelo entero, pero sí para improvisar un poco. Para esas salidas de guión que ya se echaban de menos.
Cuando llego, Flo me mata con la mirada.  Yo suspiro y le pido por gestos que deje todo para después del programa. Por las pintas que tengo, debe haber notado que realmente estoy mal y me deja en paz durante el resto del programa.

Ya hemos  terminado. El programa ha estado mejor de lo que lo esperaba. No ha sido tan cargado ni tan tenso. Aunque el momento de más tensión ha sido cuando ha entrado Cris por la puerta para presentar su reportaje. Se le notaba nerviosa. No me gusta que esté así. Al fin y al cabo nos llevamos bien, no quiero que nos afecte. Durante el resto del programa. ha habido salidas de guión, la audiencia se lo ha tomado bastante bien. Más o menos a estado normal, aunque todos sabíamos que todo era actuado.
Ahora, mientras me preparo para irme, siento nervios de lo que pueda pasar en casa de Dani, supongo que me contará lo que sucede entre nosotros. Algo es algo. Aún así dudo etre si ir o no. Cuando estoy saliendo por la puerta, una voz me sorprende por detrás.
- Ahora te veo en mi casa, Simon.- Su voz ya suena más normal.- No faltes, por favor.



 

Tenemos que hablar (♥)

Llevo ya dos noches sin dormir, llevo más de dos días sin salir, ¿por qué no llamas? La vida es algo más que pelear.
Ya me he cansado de esperar, de esperar tus llamadas. De que me cuelgues el teléfono cada vez que intento contactar contigo, que ya no estés, que no estés nunca, de tus cobardías, de no decirme las cosas a la cara, de ya no decirme nada.
Ya han pasado dos días desde que encontré aquella revista en tu camerino, con la foto de portada de Cris y tú. Abrazados, quizás demasiado.
Tú, abrazando a Cris, después de dejarme olvidada a mí. Llevábamos una semana bastante rara, distante. Todo fue de repente. Sin saber el por qué.
Flo ya ha hablado conmigo, esto no puede seguir así, el público lo nota pronto.
Pero es que contigo no hay remedio. Si te enfadas, ya nadie tiene razón, sólo tú.
Cuando encontré esas fotos, tú lo negaste. Negaste todo. ¿Crees que soy ciega? ¿Que no veo esos abrazos? ¿Que no veo esos besos?
Estábamos juntos, tú y yo, no había nadie más en esta relación. Me equivoqué por lo que veo. No sabía que éramos tres. Bueno, supongo que ahora mismo soy yo la que sobra. Pero no pienso irme de esta relación sin saber qué ha pasado. Sin saber el por qué de este cambio repentino.
Hace unas semanas decías que yo era tu chica, tu locura, que me querías, que querías compartir toda tu vida junto a mí. Eras el Dani romántico. El Dani que le gusta a todo el mundo. Y ahora no sé qué pensar. ¿Esas palabras eran verdaderamnete para mí o es que me ponías la cara de ella?
Pero todos los intentos de que me des una explicación de esto me son en vano, siempre. No hay quién contacte contigo. Ni dentro ni fuera. Parece que has desaparecido un Viernes por la mañana.
Pasan los minutos así, preguntándome el por qué de las cosas, buscando la incógnita que me falta, la que no me quieres dar tú.
Supongo que mañana te veré, ya que es lunes y tenemos programa. No creo que también faltes a tu trabajo por no tenerme a mí cerca, al fin y al cabo la tendrás a ella.
Estos días me has estado evitando cada vez que has podido. Ya no había salidas de guión en los directos, te has ajustado a él tanto como yo. Y cómo esto siga así, twitter va arder. Porque esta semana sólo ha sido la mecha, la gente ya se huele algo.

Tengo los codos apoyados en las rodillas, estoy sentada en la cama, mirando hacia la ventana. Observando el ajetreo propio de una ciudad como Madrid. Observando como, aunque mi mundo se cae, el resto sigue en pie como si nada.
Miro al techo, le pregunto a él desesperada.
<< ¿Qué es lo que nos ha pasado? Nosotros nos  queríamos... Tú me querías... Yo te quiero>>
La pintura beige no parece tener respuesta para mí. Ya me voy acostumbrando a esto.
Casi, cómo señal del cielo, noto mi móvil vibrar en ese momento. Nerviosa, rebusco entre las sábanas de mi cama. Lo encuentro y veo que es Dani quién llama. Reconozco que al principio una pequeña sonrisa se dibuja en rostro. Pero intento contestar con mi voz más convincente, sin que parezca que he estado esperando esta llamada durante días, aunque sé que él lo sabe.
Estoy nerviosa. Contesto:
- ¿Sí?- Mi voz suena un poco temblorosa, pero firme. Todo lo que puedo.
- Anna.- La suya, al contrario, es seca y más firme que la mía.- Anna, tenemos que hablar.
 

 

 
 

 

 

jueves, 28 de febrero de 2013

La tormenta♥ (Parte 2)


- Dani.- Me aferro a él.- Dani, tengo miedo.
- Tranquila cariño.- Me besa en el pelo.- Tranquila, estás conmigo.
Vuelve a abrazarme. Tan sólo son las dos de la madrugada. No es la primera vez que me pasa esto. Llevo teniendo estos sueños durante más de una semana. Dani parece que ya se va acostumbrando, me da pena tener que despertarle cada madrugada por lo mismo. Pero él sabe que lo paso mal y lo comprende. Le beso cariñosamente y dejo caer mi cabeza en su pecho.
- Anna, estás temblando.- Me acaricia por la espalda para calmarme.
- Sí, lo sé...- Digo titubeante.
- Shh... Tranquila. Sólo ha sido un sueño.- Me vuelve a besar en los labios y se levanta de la cama.- Voy a traerte un vaso de agua, ahora vengo.
- Da.Dani... Espera, no te vayas...- Me inquieta la idea de quedarme sola en la habitación.- No me dejes aquí...
- Mi vida, sólo voy a por un vaso de agua.- Me da un nuevo beso en los labios. Lo disfruto todo lo que puedo, lo retengo hasta cuanto puedo.- Vengo enseguida.
Y sale de la habitación con media sonrisa. Como media perfección, aunque viniendo de él es toda la perfección entera.
Pasan los segundos en la oscura habitación que me rodea. El tiempo cae en pedazos sobre mí, cada  tic tac del reloj es cómo un paso más de la agonía de aquella pesadilla que se apodera de mí. Me acurruco en las sábanas y espero impaciente a Dani.
Pasan varios minutos que para mí son como horas, horas eternas. Por fin, lo oigo silbar y subir las escaleras. Abre la puerta, entra y la vuelve a cerrar. Trae el vaso de agua consigo. Se tumba de nuevo junto a mí, sonriente, y me besa tiernamente. Yo consigo sonreír también, me alegra tenerle de nuevo a mi lado.
- ¿Qué? ¿Me has echado de menos?- Asiento mientras pego un largo sorbo de agua.- Vaya, al parecer también tenías sed.- Se echa a reír.
Yo dejo el vaso en mi mesilla de noche y me apoyo de nuevo en su pecho. Él me acaricia de nuevo el pelo.
- ¿Estás mejor? ¿Quieres hablar de ello?
- Si es siempre lo mismo.- Suspiro.- No sé, me empiezo a cansar de que pase siempre igual.
- Apenas duermes por las noches.
- Sí... No sé qué me pasa. No soy de las que suele tener pesadillas, ¿sabes?
- No diría eso después de la última semana...
- Ya... No sé qué me pasa.
- Quizás tendríamos que ir a que te lo vea un médico o algo, ¿no crees?
- ¿Qué dices?.- Me suelto de sus brazos y me pongo frente a él.- ¿Ir a un psicólogo? No estoy loca, ¿eh?
Los dos reímos por mi comentario y nos tumbamos en el colchón, juntos, muy juntos.
- Bueno, un poco loca si que estás... Por mí.
Su sonrisa provoca la mía. Me hace cambiar de emoción al instante, me pierdo en su mirada.
- Sí, la verdad es que me vuelves loca, Martínez.
- Pero no le vayas decir eso al médico, ¿eh?
Los dos volvemos a reír. Esta vez él se pone encima mía, y comienza a besarme. Por el cuello, por el hombro, por mis labios.
Siento cada vez más, me excita cada vez más.
Al final acabamos cómo todos imaginan.
Pero igual de excitados, eso no lo perdemos.
Sí, él es el que me vuelve loca.
 

La tormenta (♥ )



Suenan truenos y varios de los focos del plató se apagan y se encienden cuando les viene en gana. Llueve, tenemos una tormenta encima. El ruido de la lluvia es un estruendo tan grande que Flo decide no volver de publicidad, para evitar daños en la grabación. Habla a través del pinganillo con Juange y corta la señal. Las cámaras se apagan y las lucen con ellas. Nos hemos quedado a oscuras. Se escuchan gritos del público, están asustados. Dejamos a Xavi encargado de calmarlos y nos reunimos todo el equipo en la mesa. Veo cómo Flo se aparta del grupo para contactar con Pablo y contarle lo ocurrido. Todos estamos preocupados. Esto nos asusta.
De nuevo, un trueno aun más fuerte hace temblar todo el decorado del plató y los gritos del público lo acompañan casi sincronizadamente. Tengo miedo. No soporto las tormentas, y menos las de este tipo. Parece que se va a caer el mundo.
Intento mantener la calma, pero no puedo dejar de temblar. Intento buscar a Dani con la mirada, pero no lo veo. A los pocos segundos, siento sus brazos en mi cintura. Me pierdo en ellos, dejo que me guie. Estoy asustada, él lo nota.
- Tranquila princesa.- Noto su aliento en mi oído.- Sólo es lluvia, no tienes por qué temerla.
Yo asiento temblorosa y me acojo más a él, a sus brazos.
Noto la mirada de Flo caer sobre nosotros, sé que no le gusta que el público pueda vernos así, pero ahora me da lo mismo lo que puedan pensar. Le necesito a mi lado para que auyente al miedo.
Oímos de nuevo otro trueno, y casi al segundo, una chispa salta del decorado. Todos nos sobresaltamos y nos apartamos de allí rápidamente. Dani nota mi miedo y me aprieta más contra él.
- Tranquila princesa...- Suena otro trueno. Parece que el tiempo intenta avisarnos de algo.- Tranquila... Sólo es lluvia...- Aunque intenta calmarme, él también parece asustado.- Sólo agua cayendo...
Yo me agarro más a él. Oigo a Flo de nuevo, en la otra punta del plató. Parece que está llamando a Juange y demás para que bajen de allí inmediatamente.
Todos nos unimos en un corro, unidos. Casi junto con el público. Ellos también tienen bastante miedo.
El plató vuelve a temblar y a los pocos segundos se escucha otro trueno más, este más fuerte que todos.
Esta vez sí que gritamos todos. Noto las miradas del público clavadas en nosotros, intentan apoyarse en nuestra confianza. Pero ahora es poca. Aún así, intento separarme de Dani y acercarme a ellos.
Cuando me ven acercarme, comienzan a nombrarme, algunos hasta gritan mi nombre. Están tan asustados cómo nosotros.
Les intento sonreír para calmarlos y parece que surge efecto. A los segundos me voy de nuevo hacia Dani, porque me siento insegura si no estoy entre sus brazos. Antes de que me vaya, noto la mano de Xavi  en mi hombro.
- Gracias, Simon, no podía calmarlos. Tú me has ayudado.
Le sonrío y, aún con miedo en el cuerpo me acerco hasta Dani.
Justo cuando estoy a centímetros de Dani, la tierra comienza a temblar. Y ya no suenan truenos, ni tampoco a penas llueve. Ya sólo se siente un temblor en la tierra. Un temblor que asusta.
El temblor se vuelve cada vez más fuerte y siento que me caigo. Que todo se apaga. Mi miedo aumenta junto con los gritos del lugar. No sé qué está pasando.

Me levanto sobresaltada bajo un colchón de una cama. De mi cama. Siento que estoy temblando. Ya no es la tierra, soy yo. Me encuentro confusa. Miro a mi lado y veo que está Dani, durmiendo, junto a mí. Ahora lo comprendo todo.
- Dani.- Le llamo dos o tres veces hasta que se despierta.- Dani, he tenido una pesadilla.




 

Tan sólo tú y nuestros momentos♥

Me despierto abrazada a ti. Me encanta hacerlo así, oliendo a ti. Me levanto sin hacer demasiado ruido para no despertarte. Refunfuñas un poco cuando no me notas entre tus brazos, pero enseguida vuelves a dormirte. Me voy hacia la ventana y observo el paisaje, hoy hace un día soleado, precioso. Me encanta despertar así, con estos días que parecen perfectos.
Bostezo y me estiro un poco para despertarme más aún.
Te observo con esa cara de dormidito y sonrío. En tus ojos solo puedo ver paz. Pareces un niño pequeño. Me encantas.
Salgo de la habitación de puntillas y cierro la puerta con cuidado. Ni siquiera son las diez de la mañana de un Sábado que promete ser de ensueño.
Voy por el pasillo y entro en su habitación.
- Anna, mi vida, despierta.- La oigo refunfuñar. Sonrío, es igual que su padre.- Ya son nueve y media, tenemos que hacer eso.
La verdad que no es porque sea nuestra hija, pero es que es preciosa, aun recién levantada. Dani dice que es un calco mío, pero se parece también bastante a él. Eso sí, ha sacado mis ojos. Tiene unos ojos azules que embrujan. Pero el genio es de su padre. Se llevan a las mil maravillas, igual que conmigo. Siempre me cuenta todo, sus secretos, sus gustos, incluso que le gusta el hijo de Romina. Cada vez que nos vemos, ella se pone loca de contenta. Nos lo pasamos en grande los tres juntos. Aún tiene cinco años y la disfrutamos a cada instante, va a ser tan preciosa y enorme como sus dos padres. Mi madre siempre lo ha dicho, y Tina también. Tiene a sus cuatro abuelos locos. Le encanta ir tanto a Mollet como a León, siempre la colman de regalos los abuelos en cuánto vamos y claro, a qué niño no le gusta eso. Con Flo es otro que le ha cogido mucho cariño, pero es que quién no quiere a Flo con lo abrazable que es siempre. Le llama siempre por tito Flo. Ya es como de la familia, de echo, siempre lo ha sido. Cada vez que podemos, quedamos los fines de semana con las dos familias y comemos juntos. Por lo que respecta al trabajo, los tontacos no se han vuelto a separar y parece que la audiencia lo agradece. Todas las cadenas nos dicen que hemos marcado el mundo televisivo. Que cómo tres tontos muy tontos, después de casi diez años siguen siendo tan queridos, sin una sola pérdida de audiencia, con un buen share cada día. Eso lo hacen posible ellos. Los tontacos de fuera y de dentro y estamos muy felices y orgullosos. Nuestra hija ya sabe nuestra historia, y parece feliz de tener a dos padres tontacos en su familia. A veces, Mery, que es la que se suele ocupar de ella en los directos, deja que vaya al plató a vernos junto al público, aunque a Xavi lo tiene loco cada vez que va. Y alguna vez que otra se nos ha escapado en medio del plató y ha salido en antena. Pero ya está más enseñada y sabe que sólo puede estar en las gradas del publico durante el programa.
La llamo una vez más y se despierta poco a poco.
Ella se frota los ojos adormilada aún y me mira. Sonríe al instante.
- Bu.buenos días mami, ¿qué hora es?
- Las nueve y media.- Le digo y le ayudo a salir de su cama.- Vamos a prepararle el desayuno a papá, ¿me ayudas?
- Síiiii.- Entusiasmada corre por el pasillo y baja hasta la cocina.
- Shh... No hagas mucho ruido.- Le susurro.- Que tu padre aún duerme.
Llegamos las dos hasta la cocina y, entre risas y bromas, comenzamos a sacar los cacharros y el resto para preparar el desayuno.
- Bueno, ¿qué le preparamos a papá?
Veo como se frota la barbilla, pensativa, se pone seria mientras piensa y sonríe al instante. Parece que ha tenido una idea.
- Unas tortitas.- Dice entusiasmada.- Pero con caramelo, mucho caramelo.- Gesticula con las manos mientras habla, eso me hace gracia.- Y, y...- Sigue pensando.- Y tostadas con mermelada, eso es romántico, ¿verdad mamá?
Me sorprende que haya llegado hasta ese punto. Me echo a reír y asiento mientras le acaricio el pelo.
- Sigue pensando, lo estás haciendo muy bien.
Pasa su mano por su frente mientras sigue pensando. Yo me río al verla, está haciendo un esfuerzo pensando en todo esto y me encanta.
- Las fresas le gustan a papá, ¿verdad?- Asiento sonriente.- Claro, es que a todo el mundo le gustan. También le preparamos fresas con nata, ¿vale?
- Vale cielo.- Le beso la mejilla.- ¿Sabes que eres la mejor?
Ella se sonroja y me sonríe.
- La gente dice que la mejor eres tú.
- ¿La gente?
- Tu público.- Se alegra cuando dice eso.- ¿Es que también son tus hijos, mami?
Yo pego una carcajada al escuchar eso.
- Claro que no, mi vida, tú eres mi única hija.
- Es que se comportan como si lo fueran.- Me enternece eso que me dice.- Siempre dicen que te quieren mucho, y parece que dicen la verdad.- Sonríe cuando lo dice.- Pero yo también te quiero mucho, ¿eh?
Vuelvo a reír.
- Lo sé, cariño, lo sé. Yo te quiero más que a mi vida.
- ¿Más que a papá?
Me quedo pensativa durante unos segundos. Me gusta que haya enlazado mi vida con Dani. De echo, es verdad, mi vida es él ahora mismo.
- Bueno, es que a tu padre lo quiero mucho, ¿sabes?
- ¿Cuánto es mucho?
Me quedo pensativa de nuevo y le sonrío.
- Pues, ¿recuerdas ese nuevo número que te enseñaron en el cole?
- ¿Aquel ocho tumbado?
Río al ver como lo llama.
- Sí, cielo, ese. Pero se llama infinito.
- Dicen que ese no tiene final.
- Exacto.- Sonrío.- Pues así es cómo tu padre y yo nos queremos.
Ella me sonríe con alegría. Y me abraza. Con mucho cariño, eso me enternece mucho. Le quiero muchísimo.
- Mi niña...
Se separa de mí y me mira con esos ojos azules embriagadores.
- Te quiero mucho, mami.
La cojo en brazos y le toco la nariz con el dedo. Ella arruga la nariz, ese gesto que la hace tan preciosa. La cocina se llena de risas, de nuestras risas y bromas que formamos mientras que seguimos preparando el desayuno.

Quién le diría al mundo, hace diez años, que dos tontacos cómo nosotros tendrían una hija así de hermosa y gentil.


 

martes, 26 de febrero de 2013

Un destino que nos une♥

Desde aquel día que te vi, desde aquel día que me miraste, que me hiciste dueña de tus pupilas, que vi mi nombre señalado en tu corazón y vi que también en el mío estabas tú.
Desde aquel 3 de mayo confieso que siento algo, que siempre teníamos ese buen rollo, que aprovechábamos cada instante para estar juntos, para abrazarnos o para besarnos. Desde aquel día que me pediste salir desde aquel rascacielos de Madrid, aquel día único. Bajo la luna y las estrellas, aquel día tú fuiste mío y yo tuya. Los astros fueron testigos de nuestro amor. Qué bonita forma de empezar algo, ¿no crees? Qué feliz me sentí al ver que tú sentías tanto como yo, que me amabas, que podría compartir la vida junto a ti hasta el final de todo. Qué feliz me has hecho durante este tiempo y para lo que queda. Me encanta que hayas llenado mi mundo de locuras, me encanta poder disfrutar de tu mirada, de tu rostro, cada vez que abro los ojos por la mañana. ¿Qué mejor manera de recibir el día que con mi príncipe azul a mi lado? Porque sé que nunca te separarás de mí, porque yo nunca lo haré. Porque hemos tenidos nuestros más y nuestros menos, pero al final el destino ha vuelto a unir nuestros caminos, porque así está escrito. Un Dani Martínez para una Anna Simon, somos como piezas de ajedrez en esta vida. Después de probar con algunos, de sufrir, de amar hasta dónde jamás habías imaginado, comienzas a encontrar a tu alma gemela, y a experimentar un amor, un amor verdadero, que resulta que es mil veces mayor que lo que has sentido en toda tu vida. Experimentas algo único. A veces te caes, pero empiezas a ver que si te levantas es por él. Que tu vida se empieza a basar en sus sonrisas, en sus miradas, en sus te quiero. Y cuando ya habéis conectado el uno con el otro, después de separaros miles de veces, de creer que lo vuestro no dudaría, parece que baja una estrella y os une de nuevo. Para que estéis juntos hasta la eternidad, para que compartáis esta experiencia juntos, otra vida más.
Y ahora, después de tantos años juntos ya. De nuestra boda, de nuestra hija que nos espera. Ahora es 1 de Julio de 2016 y, mientras vemos las estrellas y las nubes pasar, en el mismo sitio donde hace cinco años me pidió compartir mi vida junto a él, allí, en aquel rascaielos de Madrid, nos ponemos a recordar como eran nuestras vidas entonces.
Recordamos el final de Tonterías Las Justas, los mensajes de los seguidores, que incluso ahora, después de cinco años, nos siguen escribiendo cada día, a cada hora, y ahora recuerdan melancólicos lo que hace cinco años pasó.
Son grandes, los dos lo pensamos.
Es increíble como un programa ha podido crear tanto, ha podido hacer sentir tantas cosas, tanto a ellos como a nosotros. Porque lo nuestro comenzó allí, entre paredes azules con tuberías de colores, un croma y varios corchopanes. Sí, fue ahí cuando se empezó a escribir nuestra historia.
Cuando todo comenzó, es increíble que después de tanto aún permanezca en el corazón de la gente. Verdaderamente Flo ha cambiado el mundo, lo ha llenado de risas, ha conseguido su sueño.

Le oigo dedicarme varios te quiero y su brazo cae por mi espalda. Sonrío y me acojo a él. Qué bonito fue apoyarme en sus sonrisas. Días, semanas, meses e incluso años compartiendo el mismo amor, besando los mismos labios, y aún así no nos hemos cansado, ni lo haremos, porque así lo han querido allá arriba.
Miro el cielo, envobada en cada una de las estrellas, ellas también parecen sonreír tanto como yo.
Veo a Dani señalándome, entre el firmamento, una estrella fugaz que corre y juguetea por la vía láctea.
- Pidamos un deseo.- Le digo.
- Estar siempre juntos.
- Pero no se puede decir en voz alta.
- Este deseo sí, el cielo también lo quiere así.
Nos sonreímos y, mientras la estrella atraviesa el cielo, unimos nuestros labios en forma de juramento, para sellar todos los momentos vividos y por vivir.
Me coge la barbilla y me mira a los ojos, puede transmitirme su emoción, sus alegrías, su felicidad a través de ese brillo de ojos verdes.
- Pasaré toda mi vida junto a ti, Anna.- Yo le regalo otro beso más.
- Te quiero Daniel, pasen cinco diez o mil años te seguiré queriendo como el primer día.
- ¿Cómo aquel 1 de julio?
- Como aquel 1 de julio.
Nos volvemos a besar y tras varios minutos de amor infinito, se levanta y me sirve una copa.
La cojo y bebo un poco, la dejo cerca de mí.
- ¿Sabes? No sé qué nos deparará el futuro, pero me da igual, si sigues junto a mí.
- Pues yo si lo sé.- Me dice, y se vuelve a sentar a mi lado.- Algunos dicen que el futuro nos puede deparar miles de cosas, pero cada una de ellas las escogemos nosotros mismos, solo nosotros.- Deja escapar un silencio de varios segundos pero enseguida prosigue.- Yo pienso que el único futuro seguro nos lo da Dios, y es el amor.- Entorna sus ojos a los míos.- Y yo no soy quién para contradecirle, ¿no?- Niego con la cabeza y sonrío.- Pues, ¿qué me dices? ¿Lo hacemos posible?- Me tiende la mano.
- Junto a ti, lo que sea amor.
Le doy la mano y nos levantamos. Me guía hasta la piscina  que preside el ático del edificio y nos metemos en ella.
El agua está algo fría, pero sus abrazos me consuelan y me llenan de calor.
Los dos reímos por vivir otra locura más juntos. Otra locura más que apuntar en nuestra vida. ¿Cuántas llevaremos ya? ¿Cien? ¿Mil? ¿Millones quizás? Sí, en estos años hemos pasado tanto... Tanto amor compartido, juntos como siempre. No conseguimos que ningún trabajo nos separase, y cómo él dijo alguna vez: <<Este equipo de tontacos se volverá a juntar cuando el amor y el trabajo pueda compajinarse sin problema alguno.>> Y así fue. Parecía imposible, pero este equipo de tontacos se volvió a unir, y esta vez para mucho más tiempo.
Mientras disfruto de su cuerpo bajo el agua, siento como me besa, como empieza a hacerme suya, pero ya con más cuidado, sin demasiadas locuras juntas, ya que nos espera una niña en mi interior.
Termina de besarme y se vuelve hacia mi barriga algo crecida ya debido al embarazo. Posa sus manos en mi estómago y lo besa bajo el agua.
- Hola pequeña.- Le oigo decir.- Soy tu papá, un papá muy, muy loco que vas a tener en unos meses. Pero que te va a cuidar siempre y no va a alejarse de ti jamás, porque me he enamorado de tu mamá y de ti, pequeña mía. Vamos a ser una gran familia.- Le veo emocionado y le beso en los labios para demostrarle todo mi cariño y el de ella.
- Aún no hemos decidido cómo se va a llamar.- Le digo pensativa.
Dani se acerca de nuevo a mi estómago y posa su oreja en ella.
- ¿Cómo te quieres llamar, mi vida?- Sonríe, se levanta y me da un beso.- Dice que quiere llamarse Anna, como su madre.

 

domingo, 17 de febrero de 2013

Un para siempre prometido♥

- ¿Me quieres?- Me mira de repente, y niega con la cabeza mientras una pequeña sonrisa se dibuja en tu rostro.

- ¿Tú qué crees, rubia?- Los dos estamos sentados, uno al lado del otro, en la mojada hierba del campo. Miramos hacia el horizonte.- He dejado un trabajo por ti, por no separarme de tu lado. Por no dejar de ver esa sonrisa tuya de siempre tan perfecta y tan...- Se le rompe la voz. Le miro y sus ojos brillan.- ¿Y aún me preguntas si te quiero?- Esta vez me mira a los ojos. Se pone serio. Sonríe, pero de mentira.

Me acerco a él y le beso con ternura. Una lágrima recorre su rostro.

- Te quiero cariño.- Le susurro al oído. Y una leve sonrisa aparece en su cara.

- Anna.- Los dos nos apartamos y nos miramos a los ojos.- No sé si hice bien en abandonar el trabajo. No sé si he traicinado a Flo, pero me siento así. Me da pena dejar todo atrás, al hombre que ha confiado en mí desde aquel 3 de mayo y a mi pequeña princesa de Mollet...- Le sonrío y me pierdo entre sus brazos.- Pero sé que he hecho lo correcto. No me podía permitir perderte de nuevo. No iba a dejar que un trabajo nos separase otra vez.- Me mira.- Si trabajamos juntos, no podremos estar juntos. Así que le dije a Flo que cuando el amor pueda compajinarse con el trabajo, volveremos a juntarnos. Porque sé que este equipo se unirá de nuevo... Sí.. Algún día.- Mira al frente de nuevo.

- Flo está orgulloso de ti, cariño.- Le abrazo.- Lo sabes. Él no buscaba esto.

- Lo sé, pero si no renunciaba despedirían a uno de los dos. Y no quiero que te despidan por mi culpa.- Me mira y me envauca con su ojos verdes.

- Daniel, dime que no has dejado un trabajo por mí.

- Lo diría, pero te mentiría.- Me sonríe y consigue que yo también lo haga.- Flo no querría estar en un trabajo sin ti, ya sabes que eres una hija más para él.

Guardamos silencio durante unos segundos.

Permanecemos sentados en aquel suelo mojado, mirando al frente, con la mirada pérdida en cualquier montaña que nos rodea. Nuestros pensamientos nadan sin ningún otro rumbo que nosotros mismos. A veces le miro, pero él sigue con la mirada al infinito. Es normal que esté así, pero me duele verle afectado por todo esto. Miro al suelo. Ha dejado un trabajo por mí. Es increíble.

Tras unos segundos metido en su propio pensamiento, le oigo decir:


- Pero bueno, los programas terminan, pero las personas permanecen, ¿no?- No sé si me lo dice a mí o sólo lo piensa en alto.- Lo importante es que pase lo que pase nos quedará el recuerdo de los buenos tiempos en familia.

- Sí...- Intento imaginarme un trabajo sin tenerle a él junto a mí, pero me es imposible.

- Princesa, ¿sabes qué es lo mejor?- Me acoje entre sus brazos y me besa en el pelo.- Que ahora voy a poder disfrutarte sin nada ni nadie que nos lo impida. Nadie nos dirá que no podemos besarnos, ya somos libres. Ya podemos enseñar nuestro amor allá donde vayamos. - Se tumba encima de mí.- No tendremos que huir de nadie. Ya no nos tendremos que esconder de cámaras o jefes. Podremos besarnos sin ninguna atadura.- Me mira de nuevo y me da un pequeño beso.- Cariño, dentro de nada seremos libres de amarnos.

Sonrío y dejo que me bese por todo el cuerpo. Cuando para me sonríe.

- Bésame, Simon.



Me acerco a él para besarle de nuevo y sonríe cuando nota mis labios pegados a los suyos. Esta vez soy yo la que entreabre nuestras bocas para envolvernos de pasión y loca de deseo me siento sobre él dejando que ponga sus manos en mis caderas, o más abajo de ellas.
Segundos después me encuentro sin ropa, tumbada en la hierba mojada de aquel bosque. Y le noto a él encima de mí. Cómo se deja llevar por la pasión, cómo comenzamos a hacerlo.

Lo disfruto, porque ahora puedo y podré hacerlo el resto de mis días.

Comienza a llover, pero a nosotros no nos importa. Nuestros cuerpos se mojan, pero nuestra temperatura no baja. Siento el sabor a agua en sus labios, de sus labios mojados. Sonrío, él también lo hace.

Van pasando los minutos y vamos acabando. Agotados, nos tumbamos uno junto al otro. Él me abraza y veo cómo sonríe al cielo satisfecho.

- Anna.- Su voz jadeante me hace sonreír. Le miro.- Eres... Eres increíble.

Los dos nos sonreímos y nos quedamos observando el cielo nublado. Observando cómo van pasando las nubes poco a poco, cómo avanzan junto con la lluvia.

Y cómo esto es la vida, los problemas llegan y nos caen encima, como una tormenta, pero el tiempo sigue avanzando, no se para. La vida sigue su curso, y al final, las nubes se llevan a la tormenta y los problemas desaparecen.

Después de cada tormenta sale el sol.

Nuestro amor lo ha demostrado. Hemos pasado de todo juntos y aún así nada nos ha conseguido separar, ni siquiera los de arriba, los jefes, han conseguido acabar con nuestro amor.

Fuimos, somos y seremos una leyenda para el resto de los tiempos. Estamos enamorados el uno del otro. Lo hemos demostrado tantas veces. Aún creyendo que nuestro amor pendía de un hilo a veces, todo se recuperó y nada pudo separarnos, ni podrá, porque somos Anna Simon y Dani Martínez, los que sin nosotros nada de esto sería posible. Los danna, que se amarán por los siglos de los siglos, por que así lo ha querido el destino.

Cada segundo que paso a su lado siento que le quiero más y más. Que le amo, que me he enamorado de él. Los días pasan a su lado y es cómo otra página dónde sólo escribir un infinito basta. Para siempre. Lo prometimos. Estar juntos por siempre, hicimos ese juramento. Lo cumpliremos.

- Daniel.- Siento la necesidad de escucharlo de su voz de nuevo.

- ¿Qué?- Me mira sonriente. Se pierde en mi mirada.

- ¿De verdad has renunciado a un trabajo por mí?

- Sí, princesa. Para poder ser libres por fin. ¿No crees que ya nos lo merecíamos? - Asiento.- Sé que a mucha gente le dolerá, pero este equipo de tontacos debe separase durante un tiempo para que un paletillo de León y una pricesa de Mollet vivan su historia de amor.- Le miro envaucada en sus palabras.- Además...

<<Lo que Tonterías unió, no lo separá nadie>>- Decimos los dos a la vez. Cómo un rito, cómo un juramento más.

- Te quiero.

- Yo te amo, princesa.- Me acerco hasta él y dejo que me envuelva en sus brazos.

Entre risas y besos, observamos el cielo de nuevo y, pronunciando un nuevo para siempre, juntamos nuestras manos para hacer un corazón en el cielo con nuestros dedos.

Sonreímos y nos besamos. Nuestras palabras se pierden en este paisaje verde que nos rodea. Sólo los animales son testigos de nuestros actos de amor. Los pájaros vuelan por encima de nosotros celebrando nuestro amor. El sol ha vuelto a salir. Como siempre pasa.

Nos ilumina y siento que cualquiera puede vernos desde este pequeño rincón perdido en la montaña. Pero no me importa, es lo que quiero. Que sean testigos de que nos amamos. Que nos querremos por siempre. Porque lo prometimos un día y ese infinito que pintamos en el cielo, quién sabe si no entre las nubes, no se borrará nunca.

Y aquí, en este bosque, rodeados de árboles iluminados por el sol, siento que hoy nada puede estropearme esto. Que este ataque de locura sella todos los momentos vividos y por vivir, porque él mismo me enseñó que la vida necesita locuras, momentos en los que la razón desaparece, porque fue así, como empezó nuestra historia. Justo en el aquel momento en el que me di cuenta que el mundo podía desaparecer cuando mis labios probaban los suyos. Que aquella vida tan organizada que tenía se desvanecía con cada una de sus sonrisas traviesas.
Y sí, con todas sus idas y venidas, con todos sus momentos de cobardía, con sus arrebatos de orgullo y sus palabras bonitas volvía mi mundo cada vez más loco, pero ¿qué sería de mí sin sus locuras? Nada. Porque si hoy soy feliz es gracias a él, a cada una de sus meteduras de pata y a cada uno de sus intentos por borrar mis lágrimas y dibujarme sonrisas.

Le amo. Él no es mi primer amor, pero sí el último y definitivo. El que me ha hecho la más feliz del mundo. El que ha llenado mi mundo de locuras, pero me ha ayudado a vivir la vida de otra manera. De Tonterías, pero siempre las justas, de otras movidas. Me ha llenado la vida de felicidad.

Él, Dani Martínez, es el amor de mi vida.



 














*Dedicado a María del Águila Díaz Pérez y Daniel García Goyos, una gran pareja que marcarán una leyenda~*