Tontac@s, cómo ya habréis visto, esto no es una historia completa, son mini relatos Danna. Me parece más cómodo de narrar y espero que os gusten, os emocionen, y os hagáis fan fan fan de póster de estos relatos.
Os quiero.
Gracias por estar ahí <3

sábado, 20 de diciembre de 2014

Dolido♥

"Soy tan sólo el viento que ya no despeina el eco de tu voz."
Aparto de un plumazo el mundo poniéndome los cascos y subiendo al cien por cien el volumen dejando que la voz de Melendi se funda en mis pensamientos.
Hoy todo marcha en blanco y negro. No sé por qué, pero no logro encontrale sentido a esto. Tan sólo quiero marcharme del mundo y de momento no encuentro mejor forma que refugiarme en la garganta de Ramón.
Mi corazón se enlaza con cada nota que resuena en el fondo de mis cascos y el pulso se adapta al ritmo de la canción. Aprieto los dedos de mis manos y los labios para contener la rabia que llevo dentro pero esto hace que las lágrimas salgan a presión.
Cada una evolucionan en gotas que caen como el diluvio universal que acaba con el universo que es mi vida ahora mismo. Dentro de mí se forma un huracán que sé que acabará conmigo, pero no pongo opresión a ello. Me tumbo en la cama, rendida, mientras dejo que el vendabal pase llevándome a mí consigo.
Todo está negro, no le veo la luz a todo esto.
Mi corazón se revela y suelta todo su dolor dándo cada latido por una causa fugaz que puede con mi vida. No puedo más, no quiero respirar.
La voz de Melendi se enciende y se apaga como la lámpara que enfoca mi rostro como si se encontrase en un escenario. Su rabia se mezcla con mi respiración agitada como si pudiese soltarlo todo así. Pero no, no es tan fácil. Esto no va a acabar nunca.
Cada vez me siento más lejos del mundo cuando mis ojos se abren y se cierran. Tengo demasiado rencor acumulado dentro. No puedo más con esto. Necesito soltar lo que llevo años guardándome dentro.
Es entonces cuando grito. Grito muy, muy fuerte hasta quedarme sin voz.
Ya está, ya todo está acabado.
Sin voz, sin fuerzas, sin ganas, me dejo caer rendida al vacío que me proporciona el colchón, a los brazos de Morfeo.
Y aquí me quedo, quién me encuentre que no sienta lástima. Quién me encuentre que sepa por lo que he pasado. Quién me encuentre... que sepa que me he cansado de seguir cerrando heridas del pasado.

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