Tontac@s, cómo ya habréis visto, esto no es una historia completa, son mini relatos Danna. Me parece más cómodo de narrar y espero que os gusten, os emocionen, y os hagáis fan fan fan de póster de estos relatos.
Os quiero.
Gracias por estar ahí <3

domingo, 10 de marzo de 2013

Tenemos que hablar (Parte 3)

Estoy en mi coche, saliendo del garaje. Se abre el portón. Doy golpecitos con los dedos sobre el volante mientras espero impaciente a que la puerta se abra del todo, esto parece eterno.                   
Calle Marathon, cruzando la calle Alcalá. Me dirijo a la casa de Dani.
¿Que cómo estoy? Nerviosa, quizás demasiado. Por mi cabeza pasan miles de dudas, mil por qués, miles de preguntas sin responder, necesito saber qué es lo que le pasa pero me da miedo enfrentarme a ello. Mi tentación de volver atrás, de no ir a ese encuentro es grande, pero se lo he prometido, al fin al cabo así sabré qué le ocurre.
Ya estoy a punto de llegar, mi cabeza sigue saturada de pensamientos cada cual más confuso. Se lían, se confunden, pocos se enlazan al final.
Llego a su puerta, aparco. Respiro hondo. Suspiro. Estoy temblando y no sé por qué. Bueno quizás si lo sepa...
Llamo al timbre y espero. Son pocos segundos los que tarda en abrir, pero muy intensos para mí. Parece que ya me estaba esperando desde hace rato.
- Ho.hola...
- Pasa, te estaba esperando.
Su voz suena dulce y suave. Parece que ya no es el Daniel de ayer, el que me habló tan seco, tan cruel y tan borde. Me lo han cambiado. Su voz ahora suena tranquila, aunque se puede notar que está preocupado por algo. Me inquieta no saber el por qué.
Me indica que pase con el brazo y le obedezco. Los dos pasamos al salón.
- Siéntate, estás... en tu casa.- Y en verdad no me miente, esta era nuestra casa. Vivíamos en la suya hasta que pasó lo que pasó. Decidí volver a la mía por no causar más tensión. Ya había bastante, aunque después de todo, él desapareció durante todo el fin de semana.
Nos sentamos a la vez. Parecemos dos extraños que no se conocen de nada, tan sólo de dos segundos y sin embargo llevamos mucho tiempo juntos. Cada uno está en un extremo del sofá. Ninguno dice nada, permanecemos en silencio por miedo ha quedar mal con alguna de nuestras palabras.
Pasan así unos segundos, quizás minutos, no lo sé. Dios, no puedo con esto. Me froto las manos, nerviosa, y le doy vueltas a mi anillo. No hago nada más que pensar en qué pasa ahora mismo. Mi mente va a una velocidad sobrehumana, intentando enlazar cada uno de mis pensamientos, intentado coger cada uno de los detalles de esta situación, pero no consigue nada más que silencio. Comienzo a cansarme de esto. Le miro de reojo y le veo apoyado sobre sus rodillas, serio, con la mirada pérdida, inmerso en sus pensamientos.
- Dani...- Consigo decir con un hilo de voz. Atraigo su mirada. Sus ojos brillan, demasiado.
- Anna yo...- Veo que una lágrima sale de sus ojos. Yo me acerco más a él y le cojo de la mano. Me duele verle así.- Lo siento de verdad. No mereces que te haya tratado así, después de todo fue culpa mía y la pagaste tú.- Me mira a los ojos, los suyos cada vez brillan más y más.- No sé si me perdonarás o no, pero al menos has venido. Al menos tengo una oportunidad de explicarte todo.
Yo me quedo en silencio, observándole seriamente. Él entorna sus ojos hacia mí y rápidamente vuelve su mirada al suelo.
- Verás yo...
- Desapareciste Dani.- Le digo de golpe.- Desapareciste así de repente, sin dar explicaciones. Tan sólo una portada de una asquerosa revista me daba una pista de lo que te pasaba..- Le miro. Sigue llorando.- Un beso.- Digo, cómo si quisiera que toda la casa se enterase.- Un beso que no fue a parar a mis labios. A los labios de tu chica, de tu novia.- Ahora es él el que me mira arrepentido.- Besaste a Cristina. Y en vez de disculparte ante mí, me insultas, me humillas y despareces durante dos días completos.- El silencio inunda la habitación de nuevo.
- Anna yo...- Pero no le dejo que siga.
- Y después, ni contestas a mis llamadas, ni a mis mensajes. No escribes en twitter, no das señales de vida por ningún sitio. ¿Eres capaz de darte cuenta de cómo me sentía? ¿Del miedo que pasé por ti? ¿De la impotencia que sentí?.- Dejo otro largo silencio de por medio.-  Y después de días sin coger el teléfono, por fin, me llamas.- Miro al suelo cabizbaja.- Pero para decirme que me dejas, que ya no sientes lo mismo.- Los dos nos miramos. Pero son miradas distintas, la suya de arrepentimiento y la mía de impotencia.- ¿Daniel, te das cuenta de lo cruel que fuiste?.- Asiente.- Ni siquiera me diste una explicación de qué te pasaba. De un día para otro pasas de amarme hasta cálculos infinitos, a no quererme ni ver. Y todo el mundo tenía un por qué de ello menos yo...
Él permanece cayado durante unos segundos. Nos hemos intercambiado los papeles. Ahora soy la que llora y él el que pretende hablar.
- Anna.- Le miro.- ¿Me dejas que te dé una explicación ahora?- Tras unos segundos pensándomelo asiento y dejo que hable.- Verás.- Comienza.- Hace unos meses, Cristina pilló una depresión tremenda cuando lo dejó con Ángel. Ya sabes que le costaba mucho estar bien, y tan sólo sonreía en plató y porque lo ponía un papel. Estuvo muy sensible y yo intenté reforzar nuestra amistad para que al menos se sintiera acompañada por el equipo. Sabía que ella aún sentía algo por mí desde que lo dejamos hace ya años, pero ahora al fin era feliz con la chica de mis sueños y no iba a dejarla por nadie, porque te había estado deseando desde que empezamos Tonterías y ahora que por fin te tenía para mí, no pretendía separarme de ti por nadie.- Carraspeo la voz en signo de respuesta. Él parece pillarlo, pero sigue.- Bueno, pues estos días, me estuvo pidiendo de quedar algún día para tomar algo, en plan amigos, nada más, para despejarse un poco y olvidarse de su novio.- Se para un segundo, me mira para comprobar que sigo atenta y sigue.- La cosa es que no le podía negar una vuelta, porque estos días estuvo peor y no quería dejar sola a una amiga. Aproveché que tú tenías la sesión de fotos de FHM y la llevé a tomar algo.- Esta parte me duele bastante y aún no hemos llegado a lo peor.- Y no sé cómo pero después de mucha charla, al irnos al coche empezó a tontear conmigo. Yo no sabía si iba en serio o sólo era una broma, pero... iba en serio.- Suspira.- Me besó.- Dice con la voz rota.- Pero sólo fue un segundo, porque me aparté rápidamente. No quería eso, no lo escogí ni lo pretendí. Ella no se opuso y la llevé a su casa. Los dos acordamos no hablar de esto con nadie.- Tiene la mirada perdida.- Pero claso, no contábamos con la prensa.- Ríe irónico.- Anna...- Se fija en mí y ve que estoy llorando. Aunque yo no quiera aparentarlo, me he echado a llorar durante la narración. Me tapo la boca con las manos y ahogo mis lágrimas. Él me pasa el brazo por mi hombro. Al principio pienso en apartarle, pero no sé por qué prefiero tenerle cerca. Pensamientos ambiguos.
- Anna, perdóname...- Me susurra.
Yo sólo me dedico a mirarle a los ojos, a plasmarle el dolor que siento ahora mismo, que vea lo que me ha hecho sufrir. Él suspira y vuelve a su sitio.
- Dani...-Le miro.- No sabes el daño que me hiciste...
- Sí , sí lo sé. Por eso me quiero disculpar.- Me coge de la mano.- Por favor, perdóname cielo. No era yo, no sé lo que me pasaba...
Son las últimas palabras que resuenan en las paredes de la casa. El silencio inunda todo a nuestro alrededor, ninguno vuelve a articular palabra.
Suspiramos, nos miramos, nos abrazamos e incñluso lloramos. Lloramos por este amor roto, porque sabemos que esto no va a volver a ser lo de antes, que los días de ensueño han acabado. Que hemos roto nuestro amor en pedazos y no sabemos cómo unirlos de nuevo. No sé muy bien por qué, peo unimos nuestros labios de nuevo, lo convertimos en un nuevo beso, este más suave y tierno que todos los demás. Este más lleno de pasion, más intenso. Más único.
Es entonces cuando escucho a Dani decir entre lágrimas:
- ¿Este va a ser nuestro último beso?
Y llorando, ante su ojos verdes que me onnuvilan, ante sus labios tentándome. Ante é, ante Daniel Martínez, el chico que me ha hecho feliz durante mucho tiempo; asiento sin más y me aparto.


 

viernes, 1 de marzo de 2013

Tenemos que hablar. Parte 2 (♥)

<<Quiero dejarlo. No sé, para mí esto ya no es lo mismo. No sé si siento lo mismo. Lo siento, ya nos veremos el lunes. Adiós>>
Cinco frases. ¿Cinco puñales en mi corazón? Sí.
Ha sido franco, ha ido al grano. Ni siquiera me ha dejado hablar. No me ha dejado tener defensa mientras mi mundo se ha ido desquebrajando más y más en sus palabras.
Lo hemos dejado ¿Hemos terminado? ¿Así, sin más? ¿Sin ninguna otra explicaión más que ''para mí esto ya no es lo mismo''?
No puede ser. Camino como un alma en pena por mi habitación. Vago por los pasillos. Antes de llegar al baño ya me echo a llorar. ¿Por qué? ¿Por qué esto? Nosotros, que éramos la pareja perfecta. Los danna. Que habíamos vivido tanto juntos, que habíamos marcado leyendas, que habíamos amado infinito. ¿Por qué me hace esto ahora? ¿Por qué lo ha estropeado todo con un beso? ¿Por qué besó a Cris? ¿Por qué la tuviste que besar, Dani? ¿Por qué lo has tenido que estropear?
Estoy en el baño, sentada en el suelo. Con la cabeza apoyada en la pared. Estoy cansada, agotada. Todo esto es demasiado. Me ha dejado. Él. Después de lo que ha hecho. Después de dos días sin dar señales de vida. Y aparece dos días después diciéndome que lo tenemos que dejar, que no siente lo mismo. Sin dar explicaciones claras, sin concretar en nada. Me duele. Yo le sigo queriendo y él... Ya no sé ni lo que siente. Ni siquiera sé si sintió algo por mí alguna vez. Lo mismo fue todo mentira.
No, pero todo no podía ser inventado. Porque los momentos que hemos pasado juntos han sido increíbles, de ensueño. No es creíble que nuna haya sentido nada por mí. No me lo creo. Le pasa algo. Y no voy a rendirme hasta que consiga enterarme de todo lo que está pasando. Porque me acaban de arrebatar de mis brazos al chico al que amo. No sé quién aún. El destino quizás.

El día transcurre aburrido, seco. También acompañan lo mal que me encuentro y el mal cuerpo que se me ha quedado.
Apenas almuerzo nada, tengo el estómago cerrado.
Durante el día mi móvil no para de sonar, de llegarme whatssapp de compañeros, de amigos, de Flo. Parece que Dani ya se lo ha dicho a todo le equipo. Genial, mañana va a ser un día perfecto.
Siguen llegando mensajes a mi móvil. Lo típico, de apoyo, de ''¿Cómo estás?'' , de gente que quiere enterarse de todo lo que ha pasado. Pero, ¿qué les voy a contar yo si soy la primera que no sabe nada, que no comprende nada?
Decido que lo mejor es apagar el móvil hasta mañana, y es lo que hago.
Me tumbo en el sofá y me pongo a ver una pelicula que están poniendo en Paramound Channel.
''Por siempre jamás'' Genial. Es una de amor. Veo que voy a llorar, cómo siempre. Me decido entre cambiar de cadena y despejarme un poco o ser masoca y ver la película. Al final soy masoca y por no coger el mando y cambiar me quedo y veo la película. Me derrumbo nada más empezar. Me vienen a la cabeza todos los momentos con Dani, cuando me llevaba de viaje, me daba sorpresas, me llevaba a cenar a los mejores restaurantes de la ciudad, cuando vivíamos nuestra propia historia de amor, sin ninguna película acompañándola, cuando mis sonrisas eran frutos de sus besos, cuando me hacía suya en cualquier lugar que le apeteciera, sus locuras, mi mundo dió un giro de trescientos sesenta grados por él, y no me arrepiento, porque le quiero, le sigo queriendo.
El llanto me puede. El sueño y el cansancio también. Ni siquiera sé si he acabado de ver la película cuando me quedo dormida. El cansancio ha podido conmigo.

Cuando me despierto ya deben de ser las doce. Me levanto sobresaltada y voy corriendo a mi habitaión. Ya voy tarde, bastante tarde. Me he quedado dormida. La alarma no ha sonado. ¿Por qué no ha sonado? Si la pongo todos los días... Cojo el móvil y veo que no se enciende. Ahora me acuerdo, lo apagué anoche.
Voy todo lo deprisa que puedo. Me cambio, me visto con el primer modelito que encuentro. Da lo mismo, en cuánto llegue a plató me cambiarán. Me peino, me lavo la cara, los dientes. Durante un segundo me paro a fijarme en el reflejo que hay en el espejo. ¿Esa soy yo? Ojeras de no dormir bien, de haber llorado. Vaya cara. Espero que me maquillen bien hoy.
Cojo el resto de cosas y salgo pitando para allá.
En cuánto llego veo que está todo el equipo allí. Flo se me queda mirando con cara de descontento pero ni siquiera un segundo después me llevan corriendo, las maquilladoras y demás, para maquillaje y vestuario. Ni siquiera me da tiempo a saludar. Me encuentro confusa.
- Anda que no has llegado tarde, Simon.- Me dice una de las maquilladoras.- ¿Un mal día?
Le miro de reojo. ¿Qué pasa? ¿Todo el mundo se ha enterado de la ruptura? ¿Todos tienen explicación menos yo?
Cuando termino voy a vestuario y me escogen un vestido blanco y negro monísimo que lo bordean algunas notas musicales. Varios broches para decorar, pulseras, pendientes y todo lo demás.
Es entonces cuando escucho la puerta abrirse. Me pongo nerviosa, supongo que será Dani.
- Anna...- Para mi sorpresa no es Dani, es Cris. No sé á quién preferiría.- Anna, me ha dicho Flo que te pase el guión. Léelo o...- Le tiembla la voz. También le parece tenso este encuentro.- O lo que quieras. Nos vemos en plató.- Y se despide con media sonrisa improvisada.
Yo no lo hago. Se me escapa el guión de las manos. Se resbala de mis dedos. Yo no me opongo.
Me echo a llorar de nuevo. De impotencia. Les digo a las chicas de vestuario que se vayan, que me dejen sola y salgo por la puerta hacia mi camerino.
Llego con miles de pensamientos reboloteando por mi cabeza. No sé con cuáles de ellos quedarme.
Sigo confusa, más aún que antes. Todo el mundo sabe lo que ha pasado. Todo el mundo tiene su explicaión. Todo el mundo menos yo. La que se supone que debería saberlo todo. Que debería recibir al menos una explicación de todo esto. Al menos una disculpa. Algo. Pero al final soy yo la que no tiene nada.
Sigo andando por los pasillos y cuando estoy a punto de entrar en mi camerino, noto una mano que me agarra por el brazo.
Me doy la vuelta bruscamente. Es Dani, me mira con más respeto.
- ¿Qué?- Le digo seriamente. Ahora mismo no quiero saber nada de él.
- Anna.- Su voz suena más suave que ayer, eso está claro.- Anna, te debo una explicación, lo siento. Sé que todo ha sido muy brusc...
- ¿Qué ha sido muy cómo, Daniel? ¡Me dejaste ayer por teléfono! ¡Decías que no querías saber más de mí. De echo desapareciste durante dos días. Estuve sin saber nada de ti, no me cogías el teléfono!.- Se lo suelto todo de golpe, muy rápido. Sin pensar a penas lo que digo.- Me dejaste ayer por teléfono... Después de todo lo que pasó. Ni siquiera me diste una explicación de nada. Sólo que te cansaste de mí, que ya no sentías lo mismo.- Le miro a los ojos, pero no me mira. Esquiva mis miradas. Insisto y al final consigo que me mire a los ojos.- Tú, que me quisiste tanto, que me amabas, que decías estar loco por mí.- Ahora soy quién le coje del brazo.- Daniel, después de todo lo que hemos pasado juntos me dejas sin más. Sabiendo que tú eres el culpable por esas fotos.- Intenta hablar pero no le dejo.- Me dejas por teléfono, humillándome a llegar a mi trabajo tarde y con el dolor que se siente al saber que todo el mundo se ha enterado ya de que hemos roto ni siquiera veinticuatro horas después y que ellos tienen un por qué.- Le miro a los ojos. Hago que él me mire.- Ellos tienen una explicación y yo no.
 Después de decirle todo hay unos segundos de silencio, de tenso silencio. Nos soltamos. Cómo veo que no va a decir nada más, me doy la vuelta y justo cuando voy a cerrarle la puerta en las narices, oigo de nuevo su voz.
- Anna. Anna, espera, no te vayas.- Me doy la vuelta y le miro. Veo que está a punto de echarse a llorar.- Sé que he sido un cobarde, que me he cayado las cosas, que no debería haber desaparecido así, que esto no debería haber pasado.- Se para.- Lo de las fotos...- Veo una lágrima caer de sus ojos.- Sé que no tendría que haberlo dejado por teléfono, ni siquiera sé si tendríamos que haberlo dejado.- Esto ya es demasiado para mí, me lleno de impotencia y me vuelvo a dar la vuelta para irme.- A.Anna espera, por favor.- No sé por qué, pero le obedezco.- Sé que te debo una explicación. Siento que hayas pasado por todo esto y comprendo que ahora mismo estés enfadada conmigo, yo también lo estoy en parte y lo estaría si estuviera en tu lugar.- Noto que una lágrima se abre paso por mi mejilla.- Pero déjame que te dé una explicación de todo esto. Te la mereces. Sé que ya es tarde, pero al menos...
- Dani...- Suspiro.
- Quedamos después del programa en mi casa, ¿de acuerdo?- Asiento suspirando.- Allí te explicaré todo.- Me seca las lágrimas con el pulgar.- Pérdoname.- Me besa en la frente y se va. Desaparece por los pasillos de la productora.
Yo me siento más confusa aún que antes. Entro en mi camerino y cierro la puerta apoyándome en ella. Cierro los ojos durante unos segundos. Miles de pensamientos, unos más confusos que otros me recorren la mente. Mi corazón va a mil por hora.
Qué raro está Dani. Antes tan seco y ahora tan... ¿amable? No lo sé. Quizás sea bipolar. ¿Se ha disculpado?

Salgo algo más decidida a plató, con el guión en la mano. Apenas me ha dado tiempo de leérmelo entero, pero sí para improvisar un poco. Para esas salidas de guión que ya se echaban de menos.
Cuando llego, Flo me mata con la mirada.  Yo suspiro y le pido por gestos que deje todo para después del programa. Por las pintas que tengo, debe haber notado que realmente estoy mal y me deja en paz durante el resto del programa.

Ya hemos  terminado. El programa ha estado mejor de lo que lo esperaba. No ha sido tan cargado ni tan tenso. Aunque el momento de más tensión ha sido cuando ha entrado Cris por la puerta para presentar su reportaje. Se le notaba nerviosa. No me gusta que esté así. Al fin y al cabo nos llevamos bien, no quiero que nos afecte. Durante el resto del programa. ha habido salidas de guión, la audiencia se lo ha tomado bastante bien. Más o menos a estado normal, aunque todos sabíamos que todo era actuado.
Ahora, mientras me preparo para irme, siento nervios de lo que pueda pasar en casa de Dani, supongo que me contará lo que sucede entre nosotros. Algo es algo. Aún así dudo etre si ir o no. Cuando estoy saliendo por la puerta, una voz me sorprende por detrás.
- Ahora te veo en mi casa, Simon.- Su voz ya suena más normal.- No faltes, por favor.



 

Tenemos que hablar (♥)

Llevo ya dos noches sin dormir, llevo más de dos días sin salir, ¿por qué no llamas? La vida es algo más que pelear.
Ya me he cansado de esperar, de esperar tus llamadas. De que me cuelgues el teléfono cada vez que intento contactar contigo, que ya no estés, que no estés nunca, de tus cobardías, de no decirme las cosas a la cara, de ya no decirme nada.
Ya han pasado dos días desde que encontré aquella revista en tu camerino, con la foto de portada de Cris y tú. Abrazados, quizás demasiado.
Tú, abrazando a Cris, después de dejarme olvidada a mí. Llevábamos una semana bastante rara, distante. Todo fue de repente. Sin saber el por qué.
Flo ya ha hablado conmigo, esto no puede seguir así, el público lo nota pronto.
Pero es que contigo no hay remedio. Si te enfadas, ya nadie tiene razón, sólo tú.
Cuando encontré esas fotos, tú lo negaste. Negaste todo. ¿Crees que soy ciega? ¿Que no veo esos abrazos? ¿Que no veo esos besos?
Estábamos juntos, tú y yo, no había nadie más en esta relación. Me equivoqué por lo que veo. No sabía que éramos tres. Bueno, supongo que ahora mismo soy yo la que sobra. Pero no pienso irme de esta relación sin saber qué ha pasado. Sin saber el por qué de este cambio repentino.
Hace unas semanas decías que yo era tu chica, tu locura, que me querías, que querías compartir toda tu vida junto a mí. Eras el Dani romántico. El Dani que le gusta a todo el mundo. Y ahora no sé qué pensar. ¿Esas palabras eran verdaderamnete para mí o es que me ponías la cara de ella?
Pero todos los intentos de que me des una explicación de esto me son en vano, siempre. No hay quién contacte contigo. Ni dentro ni fuera. Parece que has desaparecido un Viernes por la mañana.
Pasan los minutos así, preguntándome el por qué de las cosas, buscando la incógnita que me falta, la que no me quieres dar tú.
Supongo que mañana te veré, ya que es lunes y tenemos programa. No creo que también faltes a tu trabajo por no tenerme a mí cerca, al fin y al cabo la tendrás a ella.
Estos días me has estado evitando cada vez que has podido. Ya no había salidas de guión en los directos, te has ajustado a él tanto como yo. Y cómo esto siga así, twitter va arder. Porque esta semana sólo ha sido la mecha, la gente ya se huele algo.

Tengo los codos apoyados en las rodillas, estoy sentada en la cama, mirando hacia la ventana. Observando el ajetreo propio de una ciudad como Madrid. Observando como, aunque mi mundo se cae, el resto sigue en pie como si nada.
Miro al techo, le pregunto a él desesperada.
<< ¿Qué es lo que nos ha pasado? Nosotros nos  queríamos... Tú me querías... Yo te quiero>>
La pintura beige no parece tener respuesta para mí. Ya me voy acostumbrando a esto.
Casi, cómo señal del cielo, noto mi móvil vibrar en ese momento. Nerviosa, rebusco entre las sábanas de mi cama. Lo encuentro y veo que es Dani quién llama. Reconozco que al principio una pequeña sonrisa se dibuja en rostro. Pero intento contestar con mi voz más convincente, sin que parezca que he estado esperando esta llamada durante días, aunque sé que él lo sabe.
Estoy nerviosa. Contesto:
- ¿Sí?- Mi voz suena un poco temblorosa, pero firme. Todo lo que puedo.
- Anna.- La suya, al contrario, es seca y más firme que la mía.- Anna, tenemos que hablar.